18 junio 2012

El inicio por Nueva Zelanda.

Mi vida en Nueva Zelanda comenzó hace uno 10 o 9 días, no recuerdo bien. Llegue a Auckland un 25 de mayo partiendo un 23, a todo esto acabo de recordar que mi mejor amigo estuvo de cumpleaños y no lo salude... mmm ah no, si la salude. Ok.

Perdí un día porque en Chile estábamos atrasados 16 horas, entonces llegue aqui un Viernes, cuando partí un Miércoles, perdí un día en la historia de mi vida regular.

Y es que ahora de regular no tiene nada, estuve una semana en Auckland y conocí una ciudad completamente diferente a todas las que había visto jamás, y esto solo lo digo en pequeños detalles, todo es muy verde, las calles muy limpias, las esquinas con legos para avisar a los no videntes que deben detenerse, los semáforos que te avisan en todas las esquinas, nada de basura, muchas tiendas de música y comida muy diversa, supermercados con cajeros que se atienden solos (tu pasas y marcas la comida que vas a comprar) y por si fueran pocos los detalles los cajeros estaban en las calles. Habían otros detalles que no dejaban de asombrarme, tales como las fiestas sin sentido y lo extraña (si, extraña) que se vuelve la gente cuando carretea, no solo lo temprano es una característica que me ha llamado la atención, sino que también son muy parecidas a las series gringa donde las conversaciones no suelen tener ningún sentido y las minas andan con vestidos cortisimos mostrando todo.

Al principio no pude entender mucho el idioma, y es obvio, nunca me he aprendido una canción en ingles entera mas que la de Justice que dice WE ARE YOU FRIEND YOU NEVER BE ALONE AGAIN y para de contar. Ahora que los días han pasado suelo entender un poco mas, aunque sigo teniendo problemas con las formas de pasado. Sin embargo mantener conversaciones, reírme o pedir algo no me es complejo, creo que de a poco estoy obteniendo mi propio acento en ingles, que es medio raro porque ha sido mientras he hablado con chinos, canadienses, escoceses, irlandeses, suecos, franceses, ingleses, vietnamitas,italianos y por supuesto neozelandeses, uf gente de hartos lados parece!

Luego de vivir una semana en auckland, conocer el cementerio, el mall, el puerto, las plazas, el postoffice, algunos bares y calles. Me moví a Paihia, bahía de islas que queda en Northland, un lugar tranquilo, con las mismas comodidades pero a escala mas pequeña. Este es un lugar de veraneo, por lo que en otoño la gente casi no viene, y bueno en la hostal en la que ahora trabajo dos horas al día a cambio de alojamiento, esta casi vacía. Esto sucede a menos que sea fechas especiales, y justamente hace poco fue el cumpleaños de la reina, por lo que fue el Lunes festivo y así vino harta gente. Los demás que aqui están están casi todos terminando sus viajes luego de empezar en diciembre o enero, lógico, solo a nosotros se nos ocurre comenzar en temporada baja, pero es algo.

A este país vine principalmente para viajar, para cambiar mi estilo de vida y forma de tomarme las cosas, vengo de Chile, como todos lo saben, tuve una vida maravillosa en Valparaíso con recorridos locales, lugares de visita recurrente para las necesidades básicas que van desde la comida hasta los placeres, tuve una 3 casas maravillosas en diferentes cerros: Bellavista, Concepción y a los pies del Yungai. Además viví en el Cerro Alegre, sin duda un recorrido itinerante y algo vertiginoso debido al tiempo, tal y como es la geografía de los cerros. Luego de dejar esa maravillosa ciudad, amigos y tantas aventuras exquisitas me fui a Santiago, lugar donde me adapte y logre enamorarme por primera vez de una actividad, andar en bicicleta, fue ahí donde partía a absolutamente todos lados con ella, desde el trabajo, la casa de amigos o los carretes. tuve una pistera increíblemente linda.

Mi vida en Santiago fue corta, pero en seis meses logre hacer buenos amigos, conocer lugares, querer algunos otros y aprender muchísimo.

El fin de mi vida laboral se termino en esa ciudad y fue año donde tuve recién 10 días para armar toro lo relacionado de mi viaje. Fueron días vertiginosos, con presión y muchas cosas que hacer. Entre hacer mi mochila, ver a mi familia, despedirme con tiempo y un viaje al sur, mis días se fueron rapidísimos.

No pude despedirme de todos los que compartieron mi vida en Valparaíso o Santiago, creo que por esa y otras razones de mi inconsciente he estado muy conectado con ciertos sueños e imaginería en la cual aun estoy en valparaiso. Fue extraño, porque soñé por casi ocho días que estaba aun en Chile viajando y viviendo historias, pero fue cuando pa ultima noche que soñé que estaba en el aeropuerto cuando paso mi primera gran historia aqui, esas donde guardas todo, donde la pasas bien y quedan como primeros recuerdos de un viaje. Maravilloso me parece saber de la sincronía y de las conexiones.

Mi vida, como la estoy contando esta bien, de todos los caminos, errores y búsquedas sin fruto que he recorrido, parece todo seguir calzando bien. No desmerezco nada, no tengo un plan, ni motivaciones gigantes y estoy a merced de como pasen los días con sola una meta de por medio: Alimentar mi creatividad, escribir, leer y sonreír como una practica cotidiana para así tener un presente placentero.

Desde Paihia, Bay of Islands.