09 abril 2007

Sembrando en la Orilla

Siempre me voy a acordar de la primera vez que me enamoré, fue de mi mejor amiga. Todavía puedo acordarme porque fue un 1 de noviembre donde la vi en un sueño y me tomó tan solo dos días darme cuenta que de ella yo estaba enamorado. Claro, y me costó tres meses para poder volver a estar bien y todo un año más para poder a hablarle nuevamente...

Es raro cuando uno escribe "me tomó tres meses para estar bien", porque claro, uno no está mal mal. Sino que para decir eso se basa en un contexto demasiado intimo y personal como para declararse "deprimido" o "mal emocionalmente", lo que no significa que todo sea una mierda porque claro, está tu familia, tus vacaciones, tus amigos... ¿y que más?... ¿tú música?... ¿tus carretes?. Yo no lo creo así, fue por eso que a esa edad, a mis trece años, me di cuenta que necesitaba eso que respondería mi "algo más". Fueron en esos meses donde aprendí a dibujar, donde aprendí a intentar sacar mi desnuda imaginación y mis tímidas palabras que tiritaban en un papel sin color.
Ese algo más me ha acompañado desde ese entonces. Y puedo concluir de como he armado mis historias.

Ahora vendría la parte que hablo de mi presente, porque uno siempre alude al pasado para decir lo bien que ha estado hasta ahora o para alegar lo diferente que se ha llegado a estar.

Para mi es mucho más simple, veo Los amantes del Circulo polar y solo me fijo en esta escena:











No me queda nada más por decir ....
Tengo el tiempo demasiado apretado en mi pecho

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