Percepciones

Las palabras casi siempre llegan a mi en el momento menos preciso, llegan primero como sensaciones, luego como estados de animo muy sutiles y luego adquieren palabras, todo, como un proceso inconsciente el cual, obviamente, tiene importancia, pero es incontrolable, es como si tuviera vida propia.
Estaba mirándome al espejo recién y pensamientos adentraron en mí, comencé a mirar la vida y mi edad. Que son para mí estos veinte años. Me cuestioné el cómo mi madre puede lidiar con sus cuarentaiocho años, ¿cómo lo hace? ¿Qué está sintiendo en estos momentos? Recién había tenido una conversación con ella, me dijo lo mucho que me amaba y lo bien que me veía, y que a ella le encantaría tener la edad de mi hermana (veintidós) para poder conocerme y para que seamos amigos.

Más que una conversación, fue escuchar a mi mamá todo lo que sintió cuando vio fotos mías (de esas que ahora uno se saca con cámara digital y las guarda en el PC para subirlas a fotolog, flickr, etc., pero que los papás, muchas veces, no tienen idea). Luego le mostré fotos de Islandia, lugar que quiero conocer, y quedó encantada, fue ahí donde me fui al baño, lavé mis dientes, y me miré al espejo. Entonces nacieron todos esos pensamientos encontrados. Llegué al living para ponerme a leer la materia desde mi laptop, y no podía sacarme de la cabeza esas preguntas, justo en esos momentos comencé a oír las canciones que mi papá escuchaba desde mi pieza, desde mi otro PC. Eran de estas típicas que uno escucha en su adolescencia, en el caso de mi papá, de la nueva ola y todas esas otras alegres, que para estos tiempos, como que son consideradas un poco tontas.
Fue en ese momento cuando comencé más a analizar lo que me pasaba, que cuestionarme sin encontrar respuestas. ¿Por qué mi papá escucha esa misma música?, ¿Por qué la misma música de cuando era joven?, ¿Qué ha pasado todo este tiempo?, ¿que cosas han pasado estos veintiséis años?
La pregunta que más dio vueltas en mi cabeza fue el por qué está escuchando esa misma música (tomando en cuenta todo lo que una canción nos puede hacer sentir, como en mi caso escuchar Lucybell).

Nos hacemos más viejos. El tiempo, si bien no pasa tan rápido, ¿va a la suficiente velocidad como para aceptar que cada día crecemos, cambiamos y vamos tomando cosas nuevas? ya que no sólo es nuestra piel la que se arruga, sino nuestros ánimos, sin contar lo mucho que se aprietan nuestros sentimientos.

Si fuera así, ¿Entonces por qué la misma música aludiendo a esos tiempos?

Nuestra edad no se detiene y no para de sumar cifras, me da un poco de nostalgia sentir que nos hacemos más viejos, que queremos ser jóvenes, y que nos hace sentir bien escuchar música en ese contexto. Creo que ahora puedo entender porque las personas lloran cuando alguien se muere, es implícito. Pero en realidad, y dentro de la intimidad de mis emociones puedo entender, también, que yo no debería llorar por mi egoísmo de falta física hacia la otra persona, sino por la misma falta que esa persona se ha provocado a si misma. Por todas esas instancias que se presentaron a lo largo de la vida donde uno, muy secretamente, se sintió perdido o débil frente a la propia naturaleza. Creo que eso es muy sutil, pero que está en cada uno de nosotros.

No puedo decir que llevo veinte años buscándole el sentido a la vida, pero puedo concluir algunas pequeñas cosas. Es tan fácil entender que Dios es la salvación y la solución a lo que nos pasa. Que tener una vida apegada, en todo sentido, a él nos ayudará y nos solucionará los problemas.

Yo creo en dios, pero no en la religión, tampoco soy cristiano, mi Dios es pagano, tiene cuernos, ilumina como el sol y provoca sensaciones como la Luna, renace con la primavera y muere con el otoño. Dios es mi razón de vivir, es lo que debería llevarme por la vida comprendiendo todas las cosas que me pasan. Es un concepto, también, que nadie nunca podrá entender y que tampoco pretendo hacer comprender. Porque cada uno debe buscar su propio sentido con sus propias instancias.

Ese mismo Dios, que en todos nosotros es diferente, o mejor dicho lo es no más, es quien nos debe llevar, de alguna forma por esta vida que avanza, tomando cosas y dejando otras ya desteñidas.

Sinceramente no puedo comprender a mis Padres, ellos me hacen estar en cierta posición frente a lo que hacen, y yo, logro comprender que con todas estas cosas han sabido sobrellevar su vida de tal manera, que poco pueden importar los problemas (entonces, me pongo a pensar en los míos). Está claro, la vida hay que saber seguirla, aunque eso, es algo que me es imposible explicar.