10 diciembre 2011

La laguna del olvido

Probablemente, lo que escribo aquí parecerá escrito por un niño de 5 años.

Todo empezó caminando como cualquier día por la calle, estaba en valparaíso como de costumbre para mi subconsciente. Salíamos a carretear a un galpón gigante el cual tenía música muy mala, pero habían amigos y eso importaba. Nos sentabamos a conversar a ratos, o sino bajamos desde la terraza interior a bailar. En un momento salí a buscar algo que se tenía en casa, como de costumbre quedaba cerca. Hablé con el guardia, le expliqué mi situación. Me conocía.

Salí a la calle y todo era caos, un caos bohemio y casi obvio, gente tomando en las esquinas, mucha basura, botellas rotas y gente durmiendo en la calle en condiciones extrañas.

Seguí caminando, doblé por pasajes, me subía a ratos por la vereda o caminaba por los adoquines. Llegué a una esquina y sentí una explosión. Seguí caminando y se repetian en todas direcciones. Llegué a la próxima esquina y veía gente correr hacia mi, arrancando en pánico.

Sólo pensé en volver donde estaba. A medida que regresaba comenzaba el verdadero caos, aparecían personas muertas, gente corriendo hacia todas direcciones, el origen era completamente desconocido.

Llegué, ya no habían personas cuidando en la puerta, me costó mucho mover el metálico portón. No encontré a nadie. Volví otra vez a casa. En la medida que el tiempo avanzaba también yo comenzaba a desesperarme.

Finalmente encontré, en una esquina, a algunas personas que atacaban a otras. Algunas disparaban, otras tiraban bombas -tipo granada-. Comencé a correr, escapar e intentar pasar desapercibido.

A pesar de que era mi sueño, no podía volar o desaparecer.

Me encontré con personas que conocía en un pasaje de cerro, al cual solo se llegaba desde una escalera. En el sueño no había fuerza pública o militar que interfiriera en lo que estaba pasando. Divisé que algunas de las personas atacantes tenían rasgos súper orientales. Concluí que no solo no pertenecían a este planeta, sino que además de mezclarse entre nosotros, estaban decididos en destruir a todas las personas que no pertenecían a "ellos".

En un momento, al escapar por uno de los tantos callejones, pasé por al lado de un hospital semi destruido,  y en la calle habían incubadoras, todas apiladas una sobre las otras con bebés muertos, sin agresión, solo muertos.

Ya en la casa donde se encontraban las personas que conocía, hablamos y analizamos la situación en la que nos encontrabamos. Que ellos no tenían ninguna clase de super poder y solo estaban atacandonos. Que todo este daño provenía de la misma ciudad. Que el plan perfecto era escapar de la ciudad hacia los bosques e intentar sobrevivir ahí, lugar al cual ellos nunca podrían llegar.

Ya de tarde-noche, vimos que habían llegado hasta nuestro lugar. Comenzamos a escapar cuesta abajo, por escaleras y pasajes muy tipicos, el cansancio no disminuía en ningún momento por la adrenalina.

Llegamos a la playa y todo estaba super modificado, habían palmeras en los lugares donde antes había agua y rocas. Había gente celebrando y ya no nos perseguían, volví a estar solo. Pasó mucho rato y comencé a hablar con una persona que pertenecía a "ellos". Le comenté toda mi situación, mi intensión de dejar la ciudad y la posible posibilidad que podía tener sin ser atacado por ellos.

Dentro de su segunda naturaleza, no hacían nada extraordinario. Logré escapar hacia una playa alejándome de la dinámica que estaban imponiendo, sin estado, ni gobierno ni fuerza militar, todo eso parecía inferior al proposito de terminar con las personas.

No concluí cuáles fueron las razones o motivos por las que yo pude escapar.


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