17 diciembre 2006

Cuando la vida se vuelve amarilla,

15 diciembre 2006

Fuego

Hasta cuando voy a pasar sintiendo que lo que está aquí, bien guardado en mi pecho me pertenece, tiene que ser egoísta y por supuesto más reservado para su cosas. Es que él escapa cuando quiere.

El fuego nunca ha existido por su cuenta, jamás podrá sobrevivir sin aire ni un medio necesario para que este se propague, y yo, creo ciegamente en que esto que se guarda desde mi pies hasta la punta de mi alma no es nada más que una armónica respuesta de todo lo que en este mundo existe y va a existir. Con una historia que obviamente, está escrita no sobre mi egoísmo o alguna idea maquiavélica que pueda tener en mente, porque es obvio, siempre termino cayendo, siempre termino volando tras mis ojos para poder expresar otra vez, esas mismas calles angostas y hermosas que viven en las palabras de mi imaginación. ¿Tan difícil es entender a una persona así? ¿Qué tan complicado puede ser aprender a vivir con esto? ¿Qué tan más difícil aún puede ser querer a una persona así? Yo no niego mi identidad tras una supuesta naturaleza, porque ella muy bien sabe que todo lo que está a su paso, y muy bien sé yo todo lo que he podido crear y todo lo que he podido destruir a la vez, todo con una conciencia que es más fácil de entender que de olvidar. Si vivir no es intentar describir como pasan los días, vivir es saber olvidar con la suficiente sutileza para poder sonreír mientras estás mirando el cielo a la persona que está frente tuyo o mientras te ausentes frente a todo tu tormento mental.
Eso es más o menos sentir.

Y no es tan malo crecer, para nada.
Creo que uno ya ha crecido bastante como para llegar a donde está.

11 diciembre 2006

Parentesis,

Parentesis es lo que siento en mi pecho, especialmente cuando es de noche, cuando libero mi mente, la que en verdad, nunca está ni aprisionada ni encerrada, simplemente se libera, no preguntes de qué, porque no hay nada que la detenga. Es que estar en estados de conciencia como en los que estoy ahora me hace sentir esta guerra amarga, que solo quiere arrancar el tiempo, como si este fuera el viento, aquel que detiene las raices de la tierra. Y mi tiempo no avanza, no se desquita y una vez a la semana solo compadece mis sentidos con lentas lágrimas que me hacen mirar toda la vida, todos los días y todo lo que puedo sentir, todo lo que debo sentir y principalmente mostrandome con mucha verguenza lo que no debo sentir.

Estoy sintiendo otra vez este caos al cual no quiero ponerle palabras.
Estoy viviendo otra vez los mismos errores pero ahora más amargos.
Ya no quiero tener 20 años...

06 diciembre 2006

Quiero disfrutar mis lágrimas tristes.

Quiero disfrutar mis lagrimas tristes porque llevo meses viendo problemas en las personas, quiero llegar a mi cama y llorar con desolación porque puedo ver que hay personas que fingen sonreír, respirar y se confunden cuando sienten, cuando lo único que tienen que hacer, es no hacer nada, sino seguir con su cause. Me gustaría poder morder mi cojín y apretar mis ojos entre sollozos por todo lo malo que tapa lo ausente de las personas, por toda esa angustia que siento cuando camino por la calle y veo la expresión de los adultos. ¿Que sentirán? ¿Tan difícil es vivir 46 años? La calle es sucia, fea e hipersensible para los ojos de alguien que quiere disfrutar del aire sin encontrar palabras ciertas acerca de lo que mira. Aquí me detengo un poco.

He concluido que tengo que elevar de cierto modo mis sentidos cuando estoy ahí, no puedo reaccionar de la misma manera a cuando veo mi pieza de noche, es obvio. Pero no por eso puedo dejar pasar de lado todo lo que estoy viendo cuando camino por Avenida Libertad, entre 14 y 15 Norte, especialmente un día de semana. Vuelvo a mi umbral.
Me gustaría finalmente poder sentir un poco de paz, la que siempre llega sin toques de armonía, porque viene en un silencio que termina olvidando y acurrucando mis pensamientos quebrados.

Recuerdo todos los días mis días de Diecisiete, y ahora, que camino por ciertos lugares concluyo algo que para más de alguien pareciera obvio, pero que para mi, me ha sorprendido... porque no es con los ojos como se entiende, sino que con las manos: "Se grita con la voz, no copla garganta".
Si tuviera menos edad, probablemente no estaría aquí.

04 diciembre 2006

Universo, Vacaciones, Pensar.

¿Y que función cumple la universidad en la mente de un adolescente que con suerte reconoce la mitad de sus Deseos?. Si la función es oprimir delicadamente los estados para sentir que el tiempo que se distribuye durante semestres es bueno y es lo que realmente uno desea. Creo que está mal.

Acabo de salir de vacaciones, y no pretendo llegar a un estado de relajo, pues, estoy en sumo desacuerdo que una institución sea la que comprende mi estress y todas mis preocupaciones, las cuales son creadas por mi mismo, y no por una suprema necesidad.

Es esto, lo que a nosotros como personas es lo que nos mueve, el crear una necesidad, una obligación, que nos mantenga en pie, que nos lave la cabeza y que nos de a creer que estamos haciendo algo por la vida.

Para mi, esta situación es un tanto lamentable si sólo quiere mirarse desde ese punto de vista, porque dentro de mi, siempre siento ese confuso, extraño y engañoso deseo de hacer cosas que me lleva a cuestas por mis días, que difiere totalmente de mis obligaciones creadas. Me gustaría ver esa esfera en las personas. Son estas las sensaciones que nos llevan a vivir, a equivocarnos y principalmente a sonreir y seguir adelante. Es aquí donde nuestra vida debería basarse y desarrollarse. Las habilidades más bellas y el arte son el cielo de estas amargas y espesas emociones, que por supuesto son invisible a los ojos y a ese sistema que intenta crear algo nuevo para hacer feliz y darle un descanso a las personas durante el verano. Hay que aprender a no distinguir tanto y a vivir un poco más. Ese es el error fatal de la conciencia y de las desiciones de la vida.

Sagitario



A veces deseo más de lo debido y simplemente debo detenerme porque es de noche, porque la Luna no está menguante o porque hablar mirando hacía al suelo no es correcto por estos días.

Me levanto, arreglo mi chaleco colorido dividido por un cierre y lavo mis dientes.

Es mejor así, prefiero hablarle al viento del 5º Sector que mirar al suelo.