El destino evitable.

Delante mio, una pantalla plana de 19' (no es gran cosa). Estoy sentado en una silla plastica acolchada, con un mouse òptico y con un teclado bien moderno (tampoco es gran cosa), estoy en una sala con mas de veinticinco computadores. Todos están metidos en sus mundos. El silencio no existe, escucho a todos hablando de lo mismo. Si un niño estuviera aqui se estresarìa. Si mi madre estuviera aquí no entendería nada y mi papá estaría orgulloso por creer que soy capáz de estar aquí. Se escucha música bajita, a veces es bien mala. Hoy tuve suerte. El Suelo es alfombrado. No tengo frio, no tengo hambre, no siento mi cuerpo cansado, sólo me duele un poco el estomago, un poco la cabeza, un poco el alma.
Mi funcion es leer una pantalla, a veces acercarme un poco más a ella, sentir en mis mejillas esa radioactividad abstracta, y sobarme la cabeza por las puntadas; contestar el telefono si llama mi mamá para decirle que llegaré tarde y sólo mover mis dedos para escribir, seguir escribiendo y de vez en cuando borrar apretando tan solo un botón para cuando me equivoco.
Estoy inherte.

Lo más entretenido, es tener un programita que te permite ver como monos verdes a tus amigos que se conectan a través del mismo programa y mediante una conexión y protocolos raros, te permiten recibir y envíar mensajes. Es raro. A veces puedes sentir con esas palabras que llegan. A veces sonrío, a veces me enojo.... Son emociones que uno siente en la vida real.

Aqui no hay mucho ruido, las voces son siempre las mismas, las caras igual. Son feas, unas con más espinillas que otras, las expresiones demacradas y la falta de madurez es clara en otras. A veces siento que estoy evadiendo la vida. Pero no puedo preocuparme mucho de eso, pues estoy moviendo mis dedos para teclear y seguir tecleando.

A fuera hace frío, de hecho llovió. Pero ni siquiera eso me preocupa. Aquí hace calor.
La noche no existe, no entra luz natural, porque las ventanas son blancas. Y el aire es acondisionado.

Creo que no me siento muy bien aquí, a veces me dan ganas de llorar, pero no me superan. Si me fijara en mis emociones entonces empezaría a tener problemas en mi espalda, los estornudos de la persona de al lado me contagiarian, al igual que sus energias negativas (que por supuesto no percibo, no me preocupo de eso).

El Edificio donde estoy se llama Edificio F, está en la Universidad Federico Santa María. Estoy en un segundo piso. Casi todos le llaman 'LabDS' o Laboratorio de Desarrollo de Software. Para entrar aquí hay que cursar ramos de tercer año. (Como si fuera un premio)

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No entiendo mucho esto. O estoy fijando mi atención en cosas que no tienen que importarme o definitivamente esto es lo que vive la gente para asegurar su futuro.
Muchos no se dan cuenta... Parece que tengo que ser como ellos,


... como ellos.