
Hoy salieron tantas cosas como todos los días, que menos mal que salí desde mi casa para llegar a la U y generar la suficiente endorfina para mantenerme en paz. Luego, volví hasta las rectas las salinas para ver el atardecer. Se nota que es primavera, muchas parejas andan por la playa y eso me da miedo. Ojala nunca me encuentre a nadie. Con mi bicicleta me ha bastado hasta ahora, con ella llego hasta donde deseo para sentarme y ver el sol esconder. Entonces siempre nace mi relación amor odio con el día. Porque este momento tan mio solo tiene como consecuencia que cuando me vaya de ahí para llegar a algún otro lugar sea de noche.
Nadie dice que los atardeceres son felices. Al menos a mi, de acuerdo a todo esto, me estabiliza un poco. El Sol está ahi, provocando emociones, y aunque se que si pestañeo él se irá.
Este viaje hizo que mi día fuera tan bonito como los demás, y tan solo necesité de 2 horas. Desde las 17.30 hasta las 18.30, desde la Sala de Estar hasta estar sentado en la recta las salinas con la bicicleta en la arena.