"Muchas veces me he preguntado,
quienes realmente estan de mi lado,
si algun dia sere juzgado por mis pecados,
que es lo que me impulsa a hacer lo que hago,
si habra tiempo para cosechar lo que vivo sembrando,
si vale la pena el aislamiento,
si vale la pena el sufrimiento
si vale la pena entregarse a la rutina y al sistema,
por un par de monedas,
si estudio no es por conocimiento,
sino para romper las cadenas,
vivo la vida a prisa,
como si alguien apuntara una pistola en mi cabeza,
pero es de nuestra propia paranoia,
es de lo que esta ciudad se alimenta,
las puertas se abren para pocos,
y se cierran para muchos,
nada nuevo a fin de mes,
la dignidad no esta en los numeros,
la vida esta hecha de momentos,
y yo me detengo un momento,
cada vez que tengo tiempo,
pienso en el futuro, sueño, construyo,
y en las mañanas despierto y destruyo,
la rutina es el veneno que cada dia,
me aplican en dosis pequeñas,
realmente quiero que valga la pena,
realmente espero que valga la pena,
buscando respuestas he quedado mas confundido"
Tesis (extracto), Dj Raff & Solo di Medina
23 diciembre 2008
21 diciembre 2008
Hoy
Esto puedes leerlo en:
Emociones (viento fuego)
Hoy creo (no quiero creer) que mi felicidad depende de la ilusión de ir más rápido que el sol. Pronto será de noche, la Luna y las estrellas son siempre más agradables. Expectativas no, hoy no por favor. Ganas si, y mientras más ciegas, mejor.
16 diciembre 2008
Cartón
Esto puedes leerlo en:
Emociones (viento fuego)
"Los papeles, contaminados de lineas, quemados se van con el viento, para transformarse en cenizas. Las lágrimas se arrastran por mí, mientras que el nudo en la garganta tensa mis manos, hasta la punta de los dedos, haciendo que las palabras se peleen entre sí.
Mis sonrisas, en cambio, son ciegas, no me doy cuenta porqué lo hago. Yo veo atardeceres, humo en el aire, luces de colores o la ciudad en un curso extraño, el cual amo no definir.
Si los papeles tristes se los lleva el viento, ¿Donde dejo las cajas que armé, el día en que te conocí?, Esas tienen un par de sonrisas, chocolates, caminos y un par de fotos. Hay una donde me hablas con tu mirada y otra donde estamos mirando en la misma dirección, como apostándole al ayer. Quiero dejármelas para mi, pero no quiero que el tiempo les afecte (como el que hace que el viento se lleve esas cenizas para formar parte de algún árbol). Quiero que sean más invisibles que estas ideas y que no conozcan el invierno, ni el tiempo.
Los lugares más complejos, serían los más seguros. Los ausentes, serían la entrada de todo esto".
Mis sonrisas, en cambio, son ciegas, no me doy cuenta porqué lo hago. Yo veo atardeceres, humo en el aire, luces de colores o la ciudad en un curso extraño, el cual amo no definir.
Si los papeles tristes se los lleva el viento, ¿Donde dejo las cajas que armé, el día en que te conocí?, Esas tienen un par de sonrisas, chocolates, caminos y un par de fotos. Hay una donde me hablas con tu mirada y otra donde estamos mirando en la misma dirección, como apostándole al ayer. Quiero dejármelas para mi, pero no quiero que el tiempo les afecte (como el que hace que el viento se lleve esas cenizas para formar parte de algún árbol). Quiero que sean más invisibles que estas ideas y que no conozcan el invierno, ni el tiempo.
Los lugares más complejos, serían los más seguros. Los ausentes, serían la entrada de todo esto".
07 diciembre 2008
Extracto de Albert Hofmann
Esto puedes leerlo en:
Razones que te da el mundo (reflexiones)
Este es un extracto de una entrevista realizada a Albert Hofmann por Josep Mª Fericgla. Esta entrevista también salió en la Revista Cañamo, Especial LSD.
(...)
J.Mª F.: Hay químicos que defienden que los seres humanos no somos más que un complejo saco de química. ¿También tu piensas eso?
A.H.: ¡¡No, no!! Lo es nuestro cuerpo. Eso sí es química, por supuesto. Todos contenemos los mismos elementos: carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno... por eso somos parte del Universo material. Somos una parte individual de ese Universo material, y como seres conscientes somos una parte individual de la Consciencia Universal. Esa es mi manera de verlo. Todo en el universo tiene una parte material y otra espiritual, ¡todo! El Universo espiritual no podría existir sin el material y al revés.
J.Mª F.: Eso es algo defendido por casi todas las religiones, pero el problema no es la dualidad sino cómo o dónde se halla la conjunción entre espíritu y materia.
A.H.: Tienes razón. Puedo mostrarte exactamente donde está: en los centros del cerebro. Por ejemplo, fíjate en las experiencias visuales ¿qué son? ¿cómo podemos ver algo? Para ello debe haber algo fuera, un objeto. Pero entonces sólo podemos verlo si hay luz. La luz es energía, ondas electromagnéticas que penetran en nuestro ojo. Luego, estas ondas producen una imagen nerviosa en el ojo y desde ahí el nervio óptico las envía a los centros del cerebro. Toda esta geografía del cerebro la conocemos perfectamente. Pero entonces pasa algo: a partir de este suceso energético, es decir material, se produce la visión, y la visión es algo espiritual, no es material. De esto no se puede explicar nada más. Ver es ver y no es material. No podríamos ver sin la materia, sin la energía, pero esta energía no produciría ninguna imagen sin el mundo espiritual. Ver es algo absolutamente espiritual. Las ciencias naturales no pueden dar ninguna explicación a ello. Siempre tenemos un impulso exterior, quizás químico si comemos algo, y esta química en mi interior produce un impulso que llega hasta el cerebro, y mi mente dice:
"dulce, dulce...". Así, toda esta conexión entre el mundo material y el espiritual sucede en nuestro cerebro, en los centros del cerebro. Hasta ahí podemos reseguir las ondas energéticas que vienen del exterior... pero ahí empieza el mundo espiritual porque, por ejemplo, el sonido no existe en el exterior, allí sólo existen vibraciones de aire, el sonido tal y como lo percibimos es espiritual, lo mismo con los sabores y las imágenes.
J.Mª F.: Estos argumentos los he leído en tu último libro Mundo interior mundo exterior, pero me gustaría saber tu opinión más allá de esto. Este límite entre lo material y lo espiritual ¿cómo lo concibes traducido al fenómeno vida-muerte?
A.H.: ¡Me gusta esta pregunta, es interesante! Ambos, el mundo material y el espiritual, provienen del mismo origen. La materia es básicamente caos, entonces llega una fuerza espiritual que, por así decir, produce una química muy inteligente y organiza los elementos materiales para formar todos los organismos vivos. En el mismo principio hay una chispa de vida que no podemos explicar, que se sitúa en la semilla, en la célula fertilizada. Es como una célula de la Consciencia Universal. Existe algo misterioso: la consciencia.
Es ella la que construye un ser vivo a partir de materia muerta. Es la fuerza de la vida, la misma que crea una planta, una flor o un ser humano... todo. Cuando morimos este elemento de consciencia desaparece. Ya no podemos ver, ni oír... todas estas funciones que están dirigidas por la fuerza vital ya no se dan. Nuestro cuerpo vuelve a la forma desde la que se originó —agua, carbono...—, vuelve a la Consciencia Universal. Deja de ser una parte individualizada de esta Consciencia Universal y se convierte en parte del mundo material universal, los elementos. Es evidente para las ciencias naturales que aunque no podamos explicar por qué pasan estas cosas, si no hay energía, si no está presente esta fuerza creadora que origina las plantas y los seres superiores, todo vuelve a los elementos base, al caos. A esta fuerza creadora podemos llamarla Dios o Espíritu creador, o como se quiera, se trata de una fuerza mística que utiliza el mundo material para manifestar su espiritualidad. Me atrevería a decir que el mundo material es la representación, como la imagen, del mundo espiritual.
(...)
Puedes descargar la versión completa aquí: Descargar
(...)
J.Mª F.: Hay químicos que defienden que los seres humanos no somos más que un complejo saco de química. ¿También tu piensas eso?
A.H.: ¡¡No, no!! Lo es nuestro cuerpo. Eso sí es química, por supuesto. Todos contenemos los mismos elementos: carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno... por eso somos parte del Universo material. Somos una parte individual de ese Universo material, y como seres conscientes somos una parte individual de la Consciencia Universal. Esa es mi manera de verlo. Todo en el universo tiene una parte material y otra espiritual, ¡todo! El Universo espiritual no podría existir sin el material y al revés.
J.Mª F.: Eso es algo defendido por casi todas las religiones, pero el problema no es la dualidad sino cómo o dónde se halla la conjunción entre espíritu y materia.
A.H.: Tienes razón. Puedo mostrarte exactamente donde está: en los centros del cerebro. Por ejemplo, fíjate en las experiencias visuales ¿qué son? ¿cómo podemos ver algo? Para ello debe haber algo fuera, un objeto. Pero entonces sólo podemos verlo si hay luz. La luz es energía, ondas electromagnéticas que penetran en nuestro ojo. Luego, estas ondas producen una imagen nerviosa en el ojo y desde ahí el nervio óptico las envía a los centros del cerebro. Toda esta geografía del cerebro la conocemos perfectamente. Pero entonces pasa algo: a partir de este suceso energético, es decir material, se produce la visión, y la visión es algo espiritual, no es material. De esto no se puede explicar nada más. Ver es ver y no es material. No podríamos ver sin la materia, sin la energía, pero esta energía no produciría ninguna imagen sin el mundo espiritual. Ver es algo absolutamente espiritual. Las ciencias naturales no pueden dar ninguna explicación a ello. Siempre tenemos un impulso exterior, quizás químico si comemos algo, y esta química en mi interior produce un impulso que llega hasta el cerebro, y mi mente dice:
"dulce, dulce...". Así, toda esta conexión entre el mundo material y el espiritual sucede en nuestro cerebro, en los centros del cerebro. Hasta ahí podemos reseguir las ondas energéticas que vienen del exterior... pero ahí empieza el mundo espiritual porque, por ejemplo, el sonido no existe en el exterior, allí sólo existen vibraciones de aire, el sonido tal y como lo percibimos es espiritual, lo mismo con los sabores y las imágenes.
J.Mª F.: Estos argumentos los he leído en tu último libro Mundo interior mundo exterior, pero me gustaría saber tu opinión más allá de esto. Este límite entre lo material y lo espiritual ¿cómo lo concibes traducido al fenómeno vida-muerte?
A.H.: ¡Me gusta esta pregunta, es interesante! Ambos, el mundo material y el espiritual, provienen del mismo origen. La materia es básicamente caos, entonces llega una fuerza espiritual que, por así decir, produce una química muy inteligente y organiza los elementos materiales para formar todos los organismos vivos. En el mismo principio hay una chispa de vida que no podemos explicar, que se sitúa en la semilla, en la célula fertilizada. Es como una célula de la Consciencia Universal. Existe algo misterioso: la consciencia.
Es ella la que construye un ser vivo a partir de materia muerta. Es la fuerza de la vida, la misma que crea una planta, una flor o un ser humano... todo. Cuando morimos este elemento de consciencia desaparece. Ya no podemos ver, ni oír... todas estas funciones que están dirigidas por la fuerza vital ya no se dan. Nuestro cuerpo vuelve a la forma desde la que se originó —agua, carbono...—, vuelve a la Consciencia Universal. Deja de ser una parte individualizada de esta Consciencia Universal y se convierte en parte del mundo material universal, los elementos. Es evidente para las ciencias naturales que aunque no podamos explicar por qué pasan estas cosas, si no hay energía, si no está presente esta fuerza creadora que origina las plantas y los seres superiores, todo vuelve a los elementos base, al caos. A esta fuerza creadora podemos llamarla Dios o Espíritu creador, o como se quiera, se trata de una fuerza mística que utiliza el mundo material para manifestar su espiritualidad. Me atrevería a decir que el mundo material es la representación, como la imagen, del mundo espiritual.
(...)
Puedes descargar la versión completa aquí: Descargar
03 diciembre 2008
Al andar
Esto puedes leerlo en:
Razones que te da el mundo (reflexiones)
Tuve la suerte de que siempre me sirvieron todas las micros para llegar a mi casa. Pero ésta se hizo aún más entretenida cuando descubrí que caminando podía entrar por los pasajes que en micro siempre miraba con ganas. Viví tantas escenas de noche, que no la pude terminar de mejor manera... Caminando por las calles de playa ancha que siempre quise conocer. Fumar en la Plaza Waddington a las cuatro de la mañana después de recorrer Gran Bretaña es una odisea eurocontinental :)
01 diciembre 2008
veo rodar la vida
Esto puedes leerlo en:
Razones para no vivir
Finalmente llegó ese día, y espero que no vuelva a pasar, porque además de no estar conforme con el 70% de mi realidad cotidiana, no quiero tener más miedo del que ya tengo cuando camino. ¿Donde están las otras 600 mil personas con las que uno debiera toparse?
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