20 marzo 2009

Miradores metropolitanos

"Estaba en la alameda, por estación central, cerca del mall paseo estación, de la Usach y de mucha gente. Por donde entrabas al metro, había una torre, muy delgada, lo suficiente para sostener un solo ascensor que llevaba a un mirador.

El mirador no estaba muy alto, de hecho se veía todo desde una altura promedio. Fueron mis ganas y mi habilidad de volar la que me llevó a seguir subiendo. Para mi sorpresa, me encuentro con una plataforma aún más alta. que superaba cualquier altura en la que haya estado jamás. Llegué donde ella, me senté y miré hacia abajo.

Estaba más arriba del smog de estación central, la gente a penas la podía divisar. Con suerte veía un edificio amarillo, era el Mall. La alameda se veía larga y gris, con manchitas que intentaban ser autos.

La plataforma que pisaba era cuadrada, veía mucho, mucho cielo, las montañas que forman el valle metropolitano. A unos pocos metros de donde terminaba mi suelo, había otra plataforma, igual. Tenía miedo de saltar hacía la otra, ya que no había nada concreto para llegar más que un salto mio de unos diez metros. Primero intenté sentarme donde estaba, con las piernas hacía las manchas en el suelo. Luego que me tranquilicé, volví a ponerme de pie y traté de elevarme (aun más de donde estaba).

Finalmente crucé mi miedo y llegué a la otra, me devolví para asegurarme que podía saltar de nuevo. Luego de que volví tanta era mi adrenalina que partí de nuevo a la segunda plataforma, no estuve ni un segundo y salté a la otra, luego a la otra... y así.

Cada vez el suelo estaba más cerca. Iba en dirección oriente y pronto la plataforma proxima se transformaba en el techo de un edificio, no era que iba en bajada, sino que estaba saliendo del valle. Antes no pudo ser, porque no hay edificios tan altos en Estación central. Llegué al techo de un edificio, estaba cerca del piso veinte, el área era igual de cuadrada que todas. Aquí había un mapa de como era santiago por comunas, todas eran igual de cuadradas, miraba los colores y las construcciones características. Esta era la ultima plataforma, a continuación venían unas colinas con casas color chocolate, todas muy iguales y estéticamente adecuadas. Estaba en el barrio alto de santiago. Bajé y empecé a caminar. Las calles estaban bien pintadas y estructuradas. El cielo se veía azul. La gente caminaba tranquila. Sentía que estaba en un barrio de patricios.

Llegó la noche. Volví a donde estaban los edificios, estaban mis compañeros de curso, en una terraza celebrando. Voy donde ellos a celebrar. Para asombro de ellos, entro directamente a la terraza, les cuento mi historia y de que voy. Salgo otra vez por la terraza para caminar por el borde de un edificio y saltar hacía una terraza aun más alta. Todos me siguen, les dije que miedo no había que tener, que era bastante entretenido.

Después de un largo rato escalando por edificios y ventanas, llegaron todos. Ya estaba amaneciendo y habían pacos que nos alumbraban con sus linternas por invadir propiedad privada. Todos escapamos. Cada uno por su lado. Ya de día e intentando no pisar el suelo en ningún momento, llego a un árbol.

La plaza tenía color miel, no sé si por el otoño, por el amanecer o porque simplemente estaba soñando. Habían muchos gitanos caminando.

Me desvío por una calle y voy en dirección hacía un camino con casas a mi derecha, un peladero a mi izquierda y un bosque al fondo. Al final del camino pavimentado no encuentro nada para seguir. Ya ha pasado gran parte del día en llegar hasta ahí. Estaba cansado. Pasa un auto y hago dedo, en él iba una mujer conduciendo, una anciana de copiloto y un hombre en el asiento de atrás. Me subo al auto.

Voy de vuelta a la plaza donde estaba, pero me llevan un poco más lejos. Conversando con ellos, entre de donde vengo, que es lo que hago y hacía donde voy. Me llevan hasta dentro del edificio donde está la última plataforma. Les comento que hay un mapa con las comunas de santiago y me comentan lo mal que es vivir en estación central, yo sigo indiferente, no me gusta opinar con personas como ellos, que sé que me responderán que algo es lamentable, pero que es así.

Estaba en el departamento. El espacio está oscuro ya, ha pasado casi todo el día y necesito volver. Al espacio donde estaban le faltaban varías cosas, entre ellas un espejo. Cuando lo ponen en la pared que faltaba me agradecen infinitamente, casi de forma absurda. Me dan dinero, en muchas monedas de $500 (Pienso que al menos me alcanzan para jugar DDR). No las necesito, aun así me cuasi obligan a quedarme con ellas. Les digo que tengo que irme, que se volar y que no se preocupen, que salgo por la ventana. Abro la ventana, antes de cualquier reacción y salgo del edificio. Bajo, camino largo rato y me subo a una moto. Voy, supuestamente a buscar un bus, si es que queda alguno, por allá en la estación pajaritos, para volver a mi casa. Corren rinocerontes gigantes por las calles y los gitanos también andan en moto.

Cuando me doy cuenta que puedo seguir y manejar sin problemas, sigo hasta llegar a Valparaíso. El trayecto me toma una dimensión extraña de tiempo, porque vuelve a amanecer. En uno de los autos de la ruta 68 se encontraba mi papa, manejando.

Inevitablemente llego a atrás de él. Abre la puerta (mientras manejaba) e intenta que dejara la moto, ya que según él era peligroso, y que me subiera al auto (que era más seguro). No sabía nada de lo que había vivido antes. Enojado y todo subo al auto. La moto queda en la carretera y seguimos por el camino. Minutos después chocamos por la pista derecha, se sale del camino y choca con un árbol, por suerte no cae en unos hoyos que venían después del gigantesco vegetal que impactamos.

Me enojo con él, que es un irresponsable y que no estoy dispuesto a seguir las cosas que él quiere hacer. comienzo a volar y pongo mi cuerpo de forma horizontal al suelo. Así se llega más rápido donde uno quiere."

El sueño fue realmente largo. diría yo que de tres días. Pero dormí solo ocho horas y soñé otras dos historias más. Me asombraron las distancias recorridas y mi habilidad de volar que se ha recuperado desde el sueño que tuve hace unas semanas.

3 comentarios:

  1. yo tbn soñe que volaba hoy miguel, no es por nada, pero este otoño quizás haga volar más cosas que simples hojas con el viento.

    ResponderBorrar
  2. saludos miguel..en realidad no alcanze a leer pero mas tarde andare por estos lados de visita
    saludos y un gran abrazo

    ResponderBorrar
  3. el medio sueño...!
    y uno que recien viene despertando extrañada de lo que vio durante la noche.
    En cambio lo tuyo es pura magia, me gustaron hasta los rinocerontes!

    y tanto viajar

    tanto irte

    que tengas un dia naranjo
    y con sabor a trululu!

    ResponderBorrar