28 marzo 2009

Estación Usach

¿Podemos lanzar un objeto a un objetivo en dirección diferente a la gravedad pero con la misma velocidad que tomaría la misma distancia en caída libre?

Cuando estaba en Casablanca, sentí que detrás de mi estaban nublado todo y era evidente, bastaba con mirar por la ventana. Aquí te vine a perder, donde me trajiste, donde te traje, donde viajamos, donde estábamos más encontrados que en nuestras calles. Ahí nos vinimos a perder.

En las pista atlética, las voces y la emoción de radiohead crearon mi propio efecto mariposa.

Quizás no debí cuidarme tanto y enfermarme, y es que es tan cierto es que no me vas a llamar y tanto lo que espero para saberte. Si estas bien, si se pasó la pena y que esas determinaciones emocionales no son necesarias. Quiero tanto que eso pase. Que podría hacer más cosas si tan presentes están mis ganas.

Maldita cabeza pensadora y corazón inconformista. Maldita capacidad de telepatía no desarrollada que no me hizo sentir y saber que estabas bien. Maldita humana necesidad de buscarte y todas las casualidades que hicieron que ahora sea tan notorio escribir algo así.

Dentro de todas las palabras que hay en mi, en estos momentos la inicial es la disposición. Decisión, determinación y condición han sido superadas completamente por lo primero.

Te quiero y es lo que me lleva a escribirte, en realidad te amo.