De día la costumbre intenta estirar los brazos, para tomar, abrazar y ahogar todo lo que le disgusta. Silenciosos e inevitables, son los sueños que, de día o de noche, despliegan sus alas para ir en favor del viento, de sus ventajas y de uno que otro sentimiento. De día las contradicciones se vuelven abrumadoras. De noche, de noche al menos puedo sentirte.
drenava aceite por todos lados cuamdo le vi formalmnte. Me encarge de qe retomara la ruta yla confianza, y ahora qe ya puede andar, nole alcansp, seme va adonde mismo le encontre, q injusto
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