El entusiasmo es una fuerza extraña, me hace construir, cambiar mis días, correr para llegar pronto a un lugar deseado o disfrutar de lo mínimo. Aún así, todo esto se mueve dentro de bases que cambian y son tan mutables como naturales. La sintonía me sorprende, me saca sonrisas y de pronto me invade con silencios agradables. La compañía también me sorprende, el sentir apoyo al mirar en la misma dirección, por muy poco importante que sea el objetivo, es un agrado infinito.
Cuando el universo confabula con nuestros deseos, para que nuestro entusiasmo nos lleve a lograr una sintonía con determinados momentos y ausencias, creo que podemos decir, entonces, que nos sentimos vivos y conscientes.
Muchas gracias.
Pd: la teoría del entusiasmo
de nada, miguel. recuerda que siempre miramos en una misma dirección: la vida. siempre hay entusiasmo sólo q a veces es superado por miedos y cosas que lo nublan y hacen ver borrosas las cosas cotidianas. pero basta rascarse los párpados un poco y dejar q la luz entre. fue demasiado bkn este fin de semana. te quero.
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