11 enero 2010

Memoria de pez, sueños vespertinos y sonrisas de elefantes

Tal vez ya nos desilusionamos de las relaciones amorosas, de los pololeos, de los compromisos, de creer que el futuro será similar a algún pasado roto. Tal vez ya nos convencimos que en cierto modo los beneficios de la confianza son menores que las molestias. Pero no nos desilusionamos de que existen instancias para sonreir, dibujos por hacer, escritos y cartas por entregar, lugares para recorrer y viajar, silencios con los que soreprenderse, miradas que apostar, conversaciones en las cuales podemos aprender, frases con las que nos podemos sorprender, siestas que ansiar y por sobre todo distancia y rutina inevitable que no rompe nuestras ganas de seguir soñando.

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