Pasa el tiempo, se pone a llover y algunos maldicen a las nubes.
Se despeja y unos siguen reclamando.
Viene la primavera y las excusas parecen hacerse presente de forma inconsciente o involuntaria.
Finalmente quedan los que se mojan y aparecen en el patio al otro día para secarse con el sol.
Es genial pensar que tengo amigos de hace muchos años, y que a pesar de las lluvias. Están ahí siempre. Esperando nada, entregando espontaneidad y uno que otro encuentro sublime.
esto tbn es parte de mí, le di.
ResponderBorrar(El concepto sublime no tiene cabida en nuestro mundo real... que loco... solo podemos apreciarlo a distancia mientras se aplica en un mundo paralelo. Si fuéramos parte de una realidad "sublime" de seguro no nos parecería tan confortadora)
ResponderBorrarY es que todas las percepciones y sensaciones que nos dejan los momentos... ¿pueden resultar aptos para que nuestra conciencia los considere como tales?
ResponderBorrar