Entonces un día, detenido en una banca entre arboles gigantes, el rio, el viento y la lluvia me dije a mi mismo en catarsis, yo no merezco vivir esto. Luego me levante y me fui. Llovió como nunca antes, me perdí, divague y me diluí.
Mi cuerpo emocional dañado necesita para sanarse los cuatro elementos en armonía.
El agua para curar las heridas, el viento para llevarse el dolor, el fuego para quemar los restos y la tierra para poder bailar, cantar, hacer musica y vibrar.
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