En los sueños puedo recordar detalles físicos, geográficos, saber qué hora es, hacia donde voy o de donde vengo. Puedo saber como me siento, cuales son mis malestares y lo que me ha motivado a hacer algo. Sin embargo, no logro saber mis deseos, mis miedos o mis frustraciones de manera caprichosamente anticipada. Incluso puedo verme en tercera persona, logrando captar sentimiento de ausencia y vida al mismo tiempo tan exquisito.
Cuando despierto todo es un caos, sufro por añadidura si es que estoy aburrido y mis caprichos se cuelgan a mis pies como si estuvieran pasando por el peor de los sufrimientos, queriendo solo vivir. Por si fuera poco, me adentro de la peor forma, sin siquiera poder tener noción de lo que es vivir en tercera persona, aunque sea un poco.
Cuando estoy despierto siento en segundos, minutos y horas, con roce, con viento y con tormentas.
Mientras duermo, las cosas fluyen y mirar la hora es como mirar comer arroz, o tomar un vaso de agua. A diferencia de lo anterior, volar es lo que hace que mis sueños avancen, tengan un hilo conductor, aunque no siempre sea este hecho el que marque todo acto onírico. A veces lloro, otras veces escapo, otras veces busco y encuentro, o simplemente hablo. Y todas esas, trascendentales acciones no viven con el roce de mi realidad cotidiana.
Aunque comprenda esas dos esferas emocionales, sigo sin entender la vida útil de los "te quiero", esa palabra se me hace más un verbo que alude a una posición que a una emoción incomprensible-bella-útil-trasendental. Quiero chocolates, una hamburguesa de soya, agua o una naranja, pero decirle te quiero a alguien, no sé. Me imagino amarrandola a una cadena y llevarmela por donde se me plasca. Es una terrible contradicción. Más encima amar, alude a un dueño y lo primero que pienso es "Qué Mierda!". Aún así, sigo sintiendo una tremenda contradicción, porque soy yo quien necesita, quien, desde algún punto de vista, depende, pero no quien quiere hacer depender, ni mucho menos ser propiedad de algo. Inventaré algo menos mediocre para decir Te amo.
nadie es dueño de nadie en este mundo. solamente es que nuestros sentimientos le pertenecen a alguien o a situaciones que a veces no dependen de nosotros. amar o volver a amar no tiene pk serte extraño, miguel. y recuerda siempre que un gesto, vale más que mil palabras. un te quiero o un te amo no cambiará nada si tú no demuestras eso que está dentro de ti. además, sabemos ambos, que el amor es una contradicción que lleva consigo muchas otras de la mano, pero vivir sin pedirle a nadie que nos trajera al mundo, como hablamos el otro día, sería aún más contradictorio que vivir para amar y ser feliz. y eso en sí ya no es contradicción: sé feliz, miguel. disfruta tu instancia y anhela cosas sin depender de nadie. sé tú. sé miguel. ama y quiere sin necesidad de decirlo. exprésalo y déjate llevar por lo que sientes.
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