30 marzo 2010

Intensidad vencida

En marzo se me apareció un año nuevo con calles llenas de gente celebrando, caminando y abrazando. ¿Un año nuevo en marzo? ¿Con qué motivo? ¿Por qué la gente se está buscando, sale a la calle y comienza a avanzar por etapas en casa de amigos hasta sentir satisfacción por la instancia extrañamente declarada? ¿Por qué esta noche?

Recuerdo que recorrí todo mi viaje con los audífonos, llegó alguien luego de mucho andar,
después de ilusiones recorridas y fallidas.

Mis revolucionados sentidos por tu aparición comenzaron a decaer. Y aunque no esperaba que llegar al otro extremo. Debo aceptar... (debo, como si aun creyera en lo que está bien o está mal) la distancia.

Siempre he dejado los espacios y la disposición para los tonos nuevos. Lo que no esperaba era que esto que guardo acá se volviera en mi contra.

Sueño reparador

Hoy sentí y mi cuerpo me recordó
que hay reacciones inevitables.
que los músculos a veces también participan,
como si leyeran,
como si supieran
o como si extrañaran,
una espalda, o el florecimiento de algún determinado momento
día, fotografía
o casualidad

se abren las sensaciones
como si fuera a tomar algo imposible de sostener
pero estoy acá mirando el techo
que está más lejos que el ancho de mi pieza

se abre la memoria
como si el día aún no terminase
a pesar de los meses

se abre la angustia
como si alguien quisiera hablarle
como si alguien estuviera esperandola
como si la precisión hubiese fallado
y la determinación se rindiese

se cierra la garganta
y la cabeza toma colores celestes.

mis músculos hacen que se contradiga mi sentido práctico
con el trascendental
y los suspiros.
escapan como si todo esto tuviese un significado.
un nombre
o un momento

se abre la memoria
se abre la angustia
se cierra la garganta
la contradicción se desplaza abarcando toda el area
el recuerdo se acuesta en la nuca
y la mirada se va hacia sureste
de forma involuntaria.

25 marzo 2010

Definitivo

Me agradan las palabras, pero me dan miedo algunas actitudes.
Me provocan rechazo.
Me agradan las situaciones,
la imaginación,

Los comportamientos,
la expresión,
las lineas del rostro,
los sueños,
y un abrazo.
me resultan demasiado determinantes.

Mis sentidos son contradictorios,
libres, imaginarios y volatiles.
A veces no puedo.
A veces no quiero.
A veces...
no espero.

Una expresión me resulta determinante.
Puedo quedarme acostado una noche entera
en una sonrisa,
en una mirada,
o en un tono de voz.

No tengo estereotipos,
pero al final de la tarde
mis manos siempre terminan dibujando claras lineas sobre mi croquera.
Empiezo por la cabeza, luego por las lineas que definen el mentón.
Así llego a los ojos, las cejas, a la nariz

y a los labios,
me encanta dibujarlos.

Luego voy por el cuello, con lineas más firmes hasta llegar a los hombros.
Rara vez bajo.
Dependiendo de la escena, de la intensión y del lugar.

Me confundo fácilmente.
Me desplazo con la misma sinceridad
y algunas veces termino mintiendo igual.

Escucho canciones para variar el silencio
Reúno palabras como si fuera a cocinar y termino sacando percepciones de la vida.
y de esta tarde simple de otoño

22 marzo 2010

Esperar y aparecer

Me agrada esperar.
Pero pierdo el tiempo cuando es incertidumbre.
Me encanta estar, aparecer y cumplir,
sentarme al lado, observar y conversar.

Me agrada la improvisación.
Esa incertidumbre es adictiva.
La espera que deambula con olvido me desgasta.

El ensayo y error, de pronto, es experiencia inútil.
Como si la experiencia nos sirviera en la improvisación.
Una sonrisa se afirma mucho mejor a la tierra en el asombro,
en la improvisación,
y también en la espera
que se cumple.

Esperar en incertidumbre es prudencia
Desplazarse improvisadamente es un acto audaz.
Esperarte
percibiendo todas las sonrisas que podríamos llegar a contarnos

también.

No tengo la paciencia suficiente para ser prudente.
ni tengo el corazón tan gastado como para no moverme
y sentir

15 marzo 2010

El gravísimo terremoto social chileno

Por: Rafael Agacino (investigador Corporación Plataforma Nexos)
Fuente: especial para www.hernanmontecinos.com (10.03.10)

Enviado por: Mario Hoare

Los impactos sociales y las consecuencias políticas de la catástrofe que nos afecta desde el sábado 27 de febrero, deben evaluarse enfrentando la opacidad impuesta por la política comunicacional de los dirigentes del país: el Gobierno, el empresariado y los centros ideológicos de poder que conforman la alianza dominante.

Hasta ahora, la visión hegemónica, reproducida incluso por los medios supuestamente independientes, ha concentrado su artillería en el pillaje, y luego, con el festival de millones desplegado en la Teletón, en la unidad de la nación encarnada en el capital como actor principal y las masas como espectadoras y beneficiarias de la bondad del mismo.

Todo esto en un contexto en que la autoridad política y los técnicos insisten por todos los medios en que, dada la imposibilidad de predecir los terremotos y azotes naturales, debe matizarse la responsabilidad de los organismos estatales y privados. Y más aún: deberíamos vanagloriarnos porque no sufrimos tanto daño material ni humano en comparación a otros casos, como Haití, cuyo terremoto fue ostensiblemente menos severo que el que nos afectó la noche y madrugada del sábado 27.

No puedo entrar a todos los aspectos de la polémica que suscita esta versión oficial. Sin embargo quisiera sostener, en primer lugar, que argumentos que justifican las deficiencias apelando al carácter impredecible de este tipo de fenómenos es totalmente falaz, y que por tanto existe una grave responsabilidad del Estado y de las fuerzas políticas que han monopolizado el poder en este país.

A este respecto, sostengo que son culpables y con dolo.
Una catástrofe de esta naturaleza no solo debía ser previsible sino además era posible actuar en consecuencia tomando todas las providencias del caso pues la predicción, con una exactitud asombrosa en cuanto localización e intensidad, ya estaba hecha.

En efecto, por citar solo una de las fuentes que hace rato han venido anunciando la catástrofe, en marzo de 2007 varios geólogos, incluido tres del Departamento de Geofísica de la U de Chile, presentaron para referato el artículo “Interseismic strain accumulation measured by GPS in the seismic gap between Constitución and Concepción in Chile”, publicado en junio del 2009 en el Journal Physics of the Earth and Planetary Interiors ( http://www.sciencedirect.com/science). Este artículo concluía que “the area – se refiere a Constitución y Concepción – already has a potential for an earthquake of magnitude as large as 8–8.5, should it happen in the near future” (ver parte final del abstract reproducido más abajo).

Así pues, no sólo había suficiente evidencia empírica respecto del área sino también de la magnitud (8-8,5°) del terremoto con una precisión sorprendente. Naturalmente la predicción es incompleta pues no define la fecha calendario ni tampoco implica que si tal investigación hubiese sido tomada en cuenta, el país hubiese alcanzado a prepararse entre el 2007 y el sábado pasado.
Pero estarán de acuerdo conmigo en que, como es de conocimiento público en los ámbitos científicos locales, el cúmulo de investigaciones que no se desarrollan completamente por falta de financiamiento, o que mueren en los escritorios de burócratas apolillados o yuppies, o que simplemente sirven para publicarse en algún journal como es el caso del artículo de marras, muestra claramente una “falla sistémica” de este entramado institucional, y por extensión, un falla dolosa de sus artífices y legitimadores interesados que, por cierto, no son precisamente las víctimas de cuanta tragedia ocurre en este país.

Insisto entonces, la idea de que el sismo – seguido de maremoto, fenómeno fuertemente correlacionado con el primero- nos pilló inadvertidos e incluso que deberíamos congratularnos por cuanto se registraron daños menores a los esperados para un movimiento de esta magnitud, es un argumento falaz y frívolo.

Este argumento ha sido incluso desechado directamente por Víctor Pérez, rector de la U de Chile, que nada tiene de termo céfalo ni de ultraizquierdista. Entrevista radial, el mismo mencionó las investigaciones realizadas el Departamento de geofísica, y reclamó por el absurdo de que en un país con la tradición sísmica de Chile, las autoridades de Hacienda de los gobiernos de la Concertación sistemáticamente se han comportado con rigidez extrema a la hora de proveer fondos para la investigación e implementación de sistemas de pronóstico y alerta relacionados con estos fenómenos.

En segundo lugar, la visión oficial de gobierno, más allá de esconder su incapacidad operativa inicial, ha escondido su responsabilidad respecto de la catástrofe social que de súbito se hizo visible a propósito del desastre natural. Una arista de aquella se dejó entrever a través de las grietas en la imagen del país “ciudadano”, “participativo” y “exitoso” con que se ha publicitado la fase civil del modelo neoliberal iniciada en 1990.

Uno se pregunta: ¿Dónde estaban los ciudadanos de este Chile democrático y moderno? Al parecer, el gobierno o no confió en ellos o simplemente de facto reconoció que se trataba solo de una imagen publicitaria. En efecto, en vez de apelar a la ciudadanía, casi de inmediato se hizo eco de los aullidos de la derecha que sagaz aprovechó la manipulación mediática para transformar la desesperación social en pánico colectivo y así reducir toda acción colectiva popular en acción de pillaje y delito. El gobierno, una vez más, se hizo cómplice de la derecha y el capital, ambos esforzados en legitimar la vuelta del autoritarismo encarnado en las FF.AA que, dicho sea de paso, no tuvieron empacho en afirmar que regresaban a la escena por el clamor popular. Lo que pensaba hacer Piñera el próximo 19 de septiembre en el Parque O’ Higgins, lo adelantó el Gobierno el domingo 28 de febrero en las calles de Concepción y Talcahuano.

Así, la democracia chilena parece más un conjunto vacío cuyo “ciudadano realmente existente”, podría decirse, es un espectador telemaniaco, compulsivo, cuya “emo-racionalidad”, como ocurrió en la apoteósica Teletón ad hoc de este fin de semana, es capturada y digitada por el capital que sin pudor alguno y en medio de la fanfarria animada por Don Francisco, muestra su poder encapuchado con el pasamontañas de la farándula y la filantropía.

¿Qué pasó con la fuerza, la voluntad solidaria, la iniciativa organizativa de las miles de organizaciones sociales populares y de trabajadores que, en medio de la tragedia dictatorial, resolvían las necesidades de salud, abastecimiento alimentario, empleo, educación y cultura e incluso de seguridad anti represiva? Gran parte de esa energía se disipó – guardamos la esperanza que no toda- en el transcurso de dos décadas de aplicación de políticas sociales (o “públicas” como gusta decir la tecnocracia actual) orientadas a convertir a los pobres en microempresarios, a los trabajadores en propietarios de “capital humano”, y a los menos pobres en consumidores “empoderados” o en clases medias “aspiracionales”…. Pura basura ideológica producida y reproducida por sociólogos, politólogos y economistas de pacotilla.

A fin de cuenta, tiene razón un agudo peruano que mirando desde fuera el momento culmine de la catástrofe, afirmó:

Como no existe organización social sino individualismo nadie sabe qué hacer. Como el Estado no sabe ayudar a los ciudadanos sino a las empresas tampoco sabe qué hacer…. Y como no hay electricidad para que funcionen las cajas registradoras, los dueños de los supermercados y de Chile prefieren que se muera de hambre y de sed la gente antes que abrir sus repletas tiendas” (Héctor Béjar, http://alertaperu.org/publicar/articulos/491-los-terremotos-en-el-paraiso-neoliberal.html.).

Así, resulta que la dicotomía “Estado o mercado”, a la luz de los acontecimientos, es falaz y una trampa ideológica que nos impide abrir nuevas posibilidades para superar ésta democracia vacía, esta democracia sin sujeto colectivo, soberano, relevante. Dependemos de los burócratas privados o de los burócratas estatales. Incluso la izquierda tradicional, la confiada, la que logró ser incluida en las instituciones de “la República”, nos ofrece como alternativa mas Estado sin siquiera detenerse a evaluar la historia de al menos medio siglo que muestra que al igual que el mercado, el Estado también falla, y que ambos constituyen una simbiosis que el capitalismo modifica según las condiciones históricas.

Esto debería estimularnos a pensar sobre el tipo de sociedad que ha resultado de casi cuatro décadas de contrarrevolución neoliberal, y ayudarnos también a combatir el reduccionismo individualista predominante en las políticas sociales y en el ámbito político-cultural. Hay que reponer en el debate contra el neoliberalismo y otras corrientes demo y social liberales que conciben la sociedad como un simple agregado de individuos, la potencialidad práctica de las formas de asociatividad genuinas, de la organización social y política colectivas que permiten la constitución de una colectividad consciente como fuerza emergente e insustituible en muchos planos.

Hay formas de organización social y política cuya potencialidad para enfrentar colectivamente catástrofes son notables. Un ejemplo es Cuba que con sus equipos y colectivos, comparativamente hablando, respondió hace un par de años de manera ostensiblemente más exitosa -material y humanamente- al embate de los ciclones que devastaron el Caribe y la costa de EE.UU… La tragedia de New Orleans, especialmente sus territorios más pobres, no fue la de ninguna ciudad de la isla.

La dialéctica naturaleza-sociedad, cuya dinámica contradictoria se nos vino encima con toda su crudeza, ha develado de súbito como se ha naturalizado el individualismo y el narcisimo en amplias capas sociales, mostrado la vacuidad de una democracia que ha permitido sin más el regreso de la derecha golpista con sus políticos, y luego en un contexto de fragmentación social preexistente al cual se impuso la excepción, el regreso de los mismos gendarmes del capital. Esta es la otra catástrofe, el otro terremoto, el político-social que nos abruma y seguirá abrumando en el futuro próximo.

El guión fue escrito precisamente por las fuerzas políticas que conciliaron la transición a la democracia hace casi dos décadas. Son los responsable de esta otra catástrofe, y con dolo; cumplieron concientemente la tarea de fragmentar los sujetos colectivos y disipar la energía colectiva acumulada, incluso, los más recalcitrantes, de extinguir, felizmente con menos éxito, hasta la propia memoria colectiva.

Por ello el regreso de la política al campo de los trabajadores y al campo popular es un imperativo. Pero no de la política profesionalizante, ejercida por burócratas públicos o privados, cuyos límites son los márgenes del liberalismo y el estatalismo, sino de la política como ejercicio del poder de los comunes, de la soberanía de los sujetos colectivos. Ni más mercado, ni mas Estado; lo que se requiere es más red, más entramado, mas tejido, mas organización social, más sujetos colectivos soberanos.

Rafael Agacino,
Santiago, 8 de marzo de 2010.

12 marzo 2010

"Tus palabras y tu posición mediática, intensa, favorable, volátil y agradable. Me confunden, atraen, ilusionan, corrompen, apasionan y me engañan."

Disponemos de nuestro tiempo, lo más preciado. Claramente.

10 marzo 2010

Pasado, presente y futuro

"Lo queramos o no
Sólo tenemos tres alternativas:
El ayer, el presente y el mañana.

Y ni siquiera tres
Porque como dice el filósofo
El ayer es ayer
Nos pertenece sólo en el recuerdo:
A la rosa que ya se deshojó
No se le puede sacar otro pétalo.

Las cartas por jugar
Son solamente dos:
El presente y el día de mañana.

Y ni siquiera dos
Porque es un hecho bien establecido
Que el presente no existe
Sino en la medida en que se hace pasado
Y ya pasó...,
como la juventud.

En resumidas cuentas
Sólo nos va quedando el mañana:
Yo levanto mi copa
Por ese día que no llega nunca
Pero que es lo único
De lo que realmente disponemos."

Nicanor Parra, el ultimo brindis

02 marzo 2010

No es el terremoto quien deja el desastre, sino la organización cultural-humana

Mediocre y limitado sería pensar que la naturaleza ha demostrado su poderío frente a la humanidad porque nosotros somos parte de ella. Lo que construimos o intentamos levantar es pertenece y depende sólo de nuestra cultura (impuesta, originaria o violada). En el sur todo ha sido devastado, pueblos enteros se hundieron en los escombros que el caos engendró.

¿Y las ""autoridades""?
Apenas fue detectado el sismo en Hawaii unos cientificos (gringos) de turno alertaron a Talcahuano alertando que olas de diez a trece metros se acercarían por las costas de Chile. ¿Y que hicieron los marinos? "Ok afirmativo, hemos recibido la información". Los científicos dieron por confirmado el aviso y luego se comunicaron con otros países del pacífico. ¿Y que pasó en Chile? NINGÚN marino alerto a la patria que tanto aman y se llenan la boca por defender. ¿Qué pasó con las fuerzas militares?¿Donde se quedaron? ¿A donde se fueron? ¿a proteger La Polar? ¿Porque no estuvo evacuando en Talcahuano a la gente durante la madrugada del sismo? ¿Tenían mucho sueño? ¿Como no era un desfile oficial frente al dopado pueblo se sintieron con mucha presión y nervios para actuar? ¿Porque no se movilizaron rapidamente en Cocholgüe? ¿y en Dichato? ¿y en Pingueral? ¿y en Coliumo? ¿y en Constitución? ¿y en Pelluhue? ¿Y en tantos otros pueblos aledaños a las costas de la región del bio bio?.

¿Por qué los milicos RECIEN hoy lunes dos de marzo mandan un barco con insumos básicos de emergencia? ¿Acaso porque hoy lunes es el primer día hábil en el que estos hueones pueden trabajar?

Rápidamente las fuerzas que ""protegen"" la patria podrían haber ayudado abasteciendo a los pueblos necesitados desde las regiones capitales regionales. Pero no, protegieron los medicamentos de las farmacias, la ropita de las multitiendas y la comida d&s. ¿Y qué pasó? Una sociedad rebelde, adicta a la economía de mercado y la violencia comienza a saquear todo lo que está a su paso.

Ayer a la radio bio bio llamó un peñi, encarando la mala organización del gobierno y alentando a los hermanos chilenos, como dijo él, a organizarse en las poblaciones. a proteger en las esquinas, las casas y convertir los palos en lanzas y proteger la comunidad. Pero pasar la vida con rejas, murallas y protecciones con diseño difícilmente nos hace conocer a nuestros vecinos para vivir en comunidad. Apuesto que más de alguno conoció a quien tenía al lado de su casa sólo porque tuvo que salir casi por obligación a la calle por el terremoto.


La gente esta cagá de miedo y la ayuda ni siquiera ha llegado a los lugares críticos. y es porque esta estructura de sociedad colmena es insustentable. Porque vivir en diferencias de clases, bajo un modelo economico mercantilista asesino y agresivo sólo lleva a dividirnos y a volvernos indeterminados.

Rabia tengo con el gobierno, con las autoridades que la gente todavía cree necesarias. Angustia tengo con la humanidad. Y ahora que medio país está perdido sólo algunos elementos nos son de ayuda: La comunicación, la ciencia, la tecnología y la fuerza humanitaria. La estructura social debe cambiar. La organización social debe elevarse.

No necesitamos un capital que nos mantenga sedados y nos diga de como tenemos que actuar, de donde tenemos que vivir, qué tenemos que comer, donde tenemos que ir de vacaciones y que tenemos que hacer.

Necesitamos comunidad, valentía, autogestión y recuperar el amor hacia la tierra.

El desastre no es el terremoto sino el sistema bajo el cual todos compartimos distintos tipos de miserias.

Fuente de los científicos de hawaii que alertaron sobre el tsunami: http://bit.ly/bxNaM4 Pág. 2

01 marzo 2010

Sobre el Terremoto y la generalización del saqueo

Mujer entrevistada por Amaro Gómez-Pablos durante los saqueos en Concepción:

Nos encontramos en el desastre generalizado. En él los medios de comunicación, como reproductores ideológicos, han sabido cumplir su rol. Desde temprano hoy 28 de febrero, estos han estado cubriendo la "novedad" del momento: Las poblaciones de las ciudades más afectadas por el terremoto en Chile, de forma masiva se han adentrado en los distintos lugares donde existen mercancías que pueden satisfacer sus necesidades más urgentes, es decir, negocios, supermercados, y se han llevado estos bienes, apropiándoselos como medida de desesperación ante el progreso de la desposesión.

Ahora, en el mismo momento del saqueo, una periodista de Chilevisión impresionada por que "personas no se llevaban artículos de primer orden", denuncia de sinvergüenzura y de delincuencia a personas que corren con plasmas, miles de rollos de papel higiénico, zapatillas y otros. Grandes cantidades de personas corren felices con lo que han adquirido. Es en estos momentos donde se logran develar las múltiples contradicciones sociales que genera el Capitalismo, en los que las consecuencias de un desastre natural tienen raigambre en lo social, y en los que lo que pareció en algún momento ilegal se torna en un deseo común, se torna en una respuesta contra el Capital.

Los saqueos en distintos lugares de Chile, se han transformado en revueltas contra la mercancía y contra su mundo. Son los pobladores de nuestro país- al igual que bandas de delincuentes, pero de modo más radical, por estar los pobladores al punto de la desposesión total, en el que no se puede creer en la esperanza de que llegue la solución por si sola- toman al pie de la letra la propaganda del capitalismo moderno y su publicidad de la abundancia. Ellos quieren todos los objetos expuestos y disponibles en abstracto, porque los quieren usar. Por eso mismo recusan su valor de cambio, la realidad mercantil que es su molde, su motivación y su finalidad última, y que lo ha seleccionado todo. Mediante el robo y el regalo los pobladores encuentran un uso que desmiente enseguida la racionalidad opresora de la mercancía, sacando a la luz lo arbitrario e innecesario de sus relaciones y de su fabricación misma.

Así también los saqueos han mostrado la realización más sumaria del principio bastardo «A cada uno según sus falsas necesidades», las necesidades determinadas y producidas por el sistema económico que el saqueo precisamente rechaza. Pero como esa abundancia se toma al pie de la letra y se alcanza en lo inmediato, en lugar de perseguirla indefinidamente en la carrera del trabajo alienado y del acrecentamiento de las necesidades sociales aplazadas, los verdaderos deseos están expresándose ya en la fiesta, en la afirmación lúdica. El hombre que roba las mercancías demuestra su superioridad humana frente a ellas. No permanecerá prisionero de las formas arbitrarias de las que se ha revestido la imagen de su necesidad. En los lugares de Chile donde los escombros abundan (y en otros lados donde no han caído), se ha dado el paso del consumo al derrumbe de la ideología mercantil. Los grandes refrigeradores y plasmas robados por personas que no tenían electricidad es la mejor imagen de la mentira de la abundancia que se ha trocado en verdad en juego. La producción mercantil, cuando se la deja de comprar, se torna criticable y modificable en todas las formas particulares que haya asumido. Sólo cuando se la paga con dinero, en cuanto signo de un rango dentro de la supervivencia, se la respeta como a un fetiche admirable.

Es la sociedad derrumbándose la que haya entonces su respuesta natural en el saqueo; pero no era ésta de ninguna manera una abundancia natural y humana, sino una abundancia de mercancías. Y el saqueo, por el cual se desmorona inmediatamente la mercancía como tal, muestra también la ultima ratio de la mercancía: el ejército, la policía y demás cuerpos especializados que ostentan en el Estado el monopolio de la violencia armada. ¿Qué es entonces un policía? Es el servidor activo de la mercancía; es el hombre totalmente sometido a la mercancía, por obra del cual este o aquel otro producto del trabajo humano sigue siendo una mercancía cuya mágica voluntad es que se la pague, y no simplemente un vulgar refrigerador o un plasma, una cosa ciega, pasiva e insensible, a merced de cualquiera que la use. Detrás de la indignidad de depender del policía, los pobladores rechazan la indignidad de depender de las mercancías. La gente desesperada ha elegido otra cualidad del presente, se ha defendido de las fuerzas policiales, en Concepción, en Quilicura, en Temuco, ha buscado formas de resistencia ante la desposesión, y ha encontrado la respuesta en la generalización del saqueo.

Ahora bien cabe agregar otros factores a considerar: la no casualidad de que hayan sido las familias más afectadas por el capitalismo, a su vez, las más afectadas por este desastre natural, la muestra de la contradicción de las mercancías arquitectónicas, en las que las más baratas no se mantienen en pie, y un sin fin de cuestiones que se hacen necesarias analizar de forma mas minuciosa. . Entonces, podemos ver en base a todo lo anterior que en el desastre generalizado, el actuar social de las clases dominadas ha develado las contradicciones del Capital…ahora se trata de profundizarlas; si bien podemos resistir, ahora debemos organizarnos ¿Para qué? Para poder superar la desposesión, desposesión que no ve su iniciador en el terremoto, sino que en el sistema de la mercancía, el Capitalismo. Debemos crear redes de comunicación y apoyo mutuo, difundir tanto las mercancías expropiadas como la información útil ante esta catástrofe social, crear lazos en las poblaciones…y no para volver a la normalidad, sino para superarla.
¡El desastre no fue el terremoto, es el Capital!

¡Arriba la gente de Concepción, Temuco, y de todos los lugares de Chile que resiste los perjuicios del Capital y del terremoto, recuperando lo que algún día el empresariado le robo!

¡Comunismo o aburrimiento y barbarie!

Los saqueos como expresión del verdadero desastre: el capital

Basado en: Detournement hecho por Antsep, basado en el artículo de Guy Debord "La decadencia y caída de la economía espectacular-mercantil"