Me he llenado de canciones nuevas. Cambié mi horario de práctica de dos a tres veces a la semana. Salgo sin pensarlo tanto, escapo de lugares e instancio temas con facilidad. De pronto, cuando mis pensamientos se estiran, elongan y se maravillan, siento que fluir es completamente indispensable para definir. Aunque sigo pensando que crecer es guardar palabras en la memoria para llenarse de orgullo. Sentir y aprender satisface instintos, deseos y hasta nos levanta para cuando nos vemos dentro de los peores mareos del invierno.
No tenemos inicio, ni fin, estamos hecho del mismo material que se aproxima y choca donde termina nuestra piel. Nuestros pensamientos viajan y se transmiten de forma clara. Por las noches no son las velas ni la música la que nos determina, sino nuestros sentidos reprimidos, nuestras ansias que adoran el éxtasis o nuestros miedos que no diferencian las nubes del suelo.
Hasta nuestro cuerpo cambia cuando dejamos de reaccionar frente a la realidad y comenzamos a tomar decisiones con sentido. En ese momento nos comunicamos directamente con nuestros sentidos.
A pesar de que tanto nos cuesta librarnos de nuestra ira, creo que siempre nos resultará más fácil dejar eso que nuestras ganas de vivir, esa es una actitud muy cercana a mis instintos favoritos.
Voy a salir a mover mis pies y a concentrarme en mi respiración. Aire puro por favor, que quiero volverme consciente e invisible.
30 octubre 2009
29 octubre 2009
Dios ha muerto!
Esto puedes leerlo en:
Razones que te da el mundo (reflexiones)
El loco.-
¿No habéis oído hablar de ese loco que encendió un farol en pleno día y corrió al mercado gritando sin cesar: «¡Busco a Dios!, ¡Busco a Dios!». Como precisamente estaban allí reunidos muchos que no creían en Dios, sus gritos provocaron enormes risotadas. ¿Es que se te ha perdido?, decía uno. ¿Se ha perdido como un niño pequeño?, decía otro. ¿O se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se habrá embarcado? ¿Habrá emigrado? -así gritaban y reían todos alborotadamente. El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. «¿Que a dónde se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos sus asesinos. Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo hemos podido bebernos el mar? ¿Quién nos prestó la esponja para borrar el horizonte? ¿Qué hicimos, cuando desencadenamos la tierra de su sol? ¿Hacia dónde caminará ahora? ¿Hacia dónde iremos nosotros? ¿Lejos de todos los soles? ¿No nos caemos continuamente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, hacia los lados, hacia todas partes? ¿Acaso hay todavía un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una nada infinita? ¿No nos roza el soplo del espacio vacío? ¿No hace más frío? ¿No viene siempre noche y más noche? ¿No tenemos que encender faroles a mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿No nos llega todavía ningún olor de la putrefacción divina? ¡También los dioses se descomponen! ¡Dios ha muerto! ¡Dios permanece muerto! !Y nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos? Lo más sagrado y poderoso que poseía hasta ahora el mundo se ha desangrado bajo nuestros cuchillos. ¿Quién nos lavará esa sangre? ¿Con qué agua podremos purificarnos? ¿Qué ritos expiatorios, qué juegos sagrados tendremos que inventar? ¿No es la grandeza de este acto demasiado grande para nosotros? ¿No tendremos que volvernos nosotros mismos dioses para parecer dignos de ellos? Nunca hubo un acto más grande y quien nazca después de nosotros formará parte, por mor de ese acto, de una historia más elevada que todas las historias que hubo nunca hasta ahora.» Aquí, el loco se calló y volvió a mirar a su auditorio: también ellos callaban y lo miraban perplejos. Finalmente, arrojó su farol al suelo, de tal modo que se rompió en pedazos y se apagó. «Vengo demasiado pronto -dijo entonces-, todavía no ha llegado mi tiempo. Este enorme suceso todavía está en camino y no ha llegado hasta los oídos de los hombres. El rayo y el trueno necesitan tiempo, la luz de los astros necesita tiempo, los actos necesitan tiempo, incluso después de realizados, a fin de ser vistos y oídos. Este acto está todavía más lejos de ellos que las más lejanas estrellas y, sin embargo, son ellos los que lo han cometido.» Todavía se cuenta que el loco entró aquel mismo día en varias iglesias y entonó en ellas su Requiem aeternam deo. Una vez conducido al exterior e interpelado contestó siempre esta única frase: « ¿Pues, qué son ahora ya estas iglesias, más que las tumbas y panteones de Dios?».
Nietzsche
¿No habéis oído hablar de ese loco que encendió un farol en pleno día y corrió al mercado gritando sin cesar: «¡Busco a Dios!, ¡Busco a Dios!». Como precisamente estaban allí reunidos muchos que no creían en Dios, sus gritos provocaron enormes risotadas. ¿Es que se te ha perdido?, decía uno. ¿Se ha perdido como un niño pequeño?, decía otro. ¿O se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se habrá embarcado? ¿Habrá emigrado? -así gritaban y reían todos alborotadamente. El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. «¿Que a dónde se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos sus asesinos. Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo hemos podido bebernos el mar? ¿Quién nos prestó la esponja para borrar el horizonte? ¿Qué hicimos, cuando desencadenamos la tierra de su sol? ¿Hacia dónde caminará ahora? ¿Hacia dónde iremos nosotros? ¿Lejos de todos los soles? ¿No nos caemos continuamente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, hacia los lados, hacia todas partes? ¿Acaso hay todavía un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una nada infinita? ¿No nos roza el soplo del espacio vacío? ¿No hace más frío? ¿No viene siempre noche y más noche? ¿No tenemos que encender faroles a mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿No nos llega todavía ningún olor de la putrefacción divina? ¡También los dioses se descomponen! ¡Dios ha muerto! ¡Dios permanece muerto! !Y nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos? Lo más sagrado y poderoso que poseía hasta ahora el mundo se ha desangrado bajo nuestros cuchillos. ¿Quién nos lavará esa sangre? ¿Con qué agua podremos purificarnos? ¿Qué ritos expiatorios, qué juegos sagrados tendremos que inventar? ¿No es la grandeza de este acto demasiado grande para nosotros? ¿No tendremos que volvernos nosotros mismos dioses para parecer dignos de ellos? Nunca hubo un acto más grande y quien nazca después de nosotros formará parte, por mor de ese acto, de una historia más elevada que todas las historias que hubo nunca hasta ahora.» Aquí, el loco se calló y volvió a mirar a su auditorio: también ellos callaban y lo miraban perplejos. Finalmente, arrojó su farol al suelo, de tal modo que se rompió en pedazos y se apagó. «Vengo demasiado pronto -dijo entonces-, todavía no ha llegado mi tiempo. Este enorme suceso todavía está en camino y no ha llegado hasta los oídos de los hombres. El rayo y el trueno necesitan tiempo, la luz de los astros necesita tiempo, los actos necesitan tiempo, incluso después de realizados, a fin de ser vistos y oídos. Este acto está todavía más lejos de ellos que las más lejanas estrellas y, sin embargo, son ellos los que lo han cometido.» Todavía se cuenta que el loco entró aquel mismo día en varias iglesias y entonó en ellas su Requiem aeternam deo. Una vez conducido al exterior e interpelado contestó siempre esta única frase: « ¿Pues, qué son ahora ya estas iglesias, más que las tumbas y panteones de Dios?».
Nietzsche
28 octubre 2009
Entrar
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Razones para vivir
Al parecer ha vuelto a amanecer, y como no si el 31 de Octubre es el solsticio de verano. El viento golpea fuerte a los árboles y los atardeceres se vuelven, cada día, más bonitos.
Los ánimos, de pronto andan caldeados, el mundo sigue avanzando rápido y de forma estrepitosa.
Siento que me salí del tren, estoy en una estación conocida pero agradable, eso ayuda mucho a mi capacidad de asombro. Mis dudas se están transformando. Algún día dejaré de pensar, de escribir y de dibujar, entonces comenzaré a vivir de mis contradicciones, de mis ciclos y de mi conciencia. Me despido friamente de mi costumbre a reaccionar y comienzo a percibir que es posible responder adecuadamente. Ya no es un camino, ni una nube, ni el estado de la marea, es una dimensión inexplorada y por sobre todo atemporal.
23 octubre 2009
Valparaíso, Patrimonio de la Humanidad
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Razones para el fin del mundo
Este es el edificio de conservación historica "Ex Chiletabacos", estructura emblemática de calle Colón en el corazón del Plan de Valparaíso. Pero en particular, en esta municipalidad, como en este país el sector privado siempre hace lo que quiere con las leyes y reglamentos, olvidando completamente códigos morales y éticos con el fin de llenar sus bolsillos.
La inmobiliaria ISN, del señor Guillermo Harding (dueño de las coludidas farmacias cruz verdes), compró este edificio, lo ocupó como oficina, luego lo saqueó, vendió todo el material interior y destruyó su murallas y suelos para mostrar una imagen deteriorada del edificio, para así 'justificadamente' destruir el edificio completo, para construir dos torres de 26 pisos, similares al Viña o Valpo Park. Les ha costado tanto echarlo abajo, que tienen que ir piso por piso botando muralla por muralla. Por lo visto el alcalde está súper preocupado del patrimonio de la humanidad.
La inmobiliaria ISN, del señor Guillermo Harding (dueño de las coludidas farmacias cruz verdes), compró este edificio, lo ocupó como oficina, luego lo saqueó, vendió todo el material interior y destruyó su murallas y suelos para mostrar una imagen deteriorada del edificio, para así 'justificadamente' destruir el edificio completo, para construir dos torres de 26 pisos, similares al Viña o Valpo Park. Les ha costado tanto echarlo abajo, que tienen que ir piso por piso botando muralla por muralla. Por lo visto el alcalde está súper preocupado del patrimonio de la humanidad.
21 octubre 2009
Primer acercamiento al 2012
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Razones para no vivir
En silencio también me siento incomodo, me ahogo e inconscientemente mis manos van a mi cabeza, pasan por los oídos, a paso lento y con la intención de quedarse, me toman el pelo, llegan a los ojos y bajan de forma paralela terminando en la boca. La falta de energía ni siquiera me deja soñar. Es una sintonía extraña, contemporánea. Es como sentir una especie de angustia distinta a las demás, donde ya no duele la garganta, ni la espera de lágrimas desprogramadas. El mundo extraño, lineal, hipócrita y divergente ha modificado hasta las angustias.
!Que pésimos disfraces se han puesto todos!, cumpliendo roles patéticos. ¿A donde se les fue la imaginación? ¿Ya no escuchan música? ¿Ya no se acuerdan que cuando las nubes se mueven lento, sólo puedes percibir sus movimientos al momento de sentir los latidos del corazón? ¿Olvidaron que en Viña del Mar el Sol no se esconde por el Mar sino que por Playa Ancha? ¿Les gusta la idea de vivir 2 días a la semana? ¿Descansar con la excusa de enfermarse y enseñarles a los demás que 'A veces es mejor no pensar'? y ¿Creer que todo en el futuro estará mejor?. Les quedó gustando el pensamiento Católico, lo siento pero yo esperaré a irme al paraíso para ver el pasto verde, el cielo azul y los pajaritos cantando, aquí los Chingolos se están muriendo por los tubos de escape.
Intento no dejar de lado algunas canciones para poder recordar escenas anteriores agradables, pero eso no es más que un grito sutil de auxilio. Abrir la ventana para dejar entrar el viento es un acto de soberbia. Abrir y cerrar puertas, es una forma estéril de recordar que la vida, naturalmente, es cíclica. Los adultos crean problemas y los solucionan como pasatiempo.
No tengo ganas de reirme, no tengo razones para celebrar, tampoco de perderme en la confianza de una ciudad. Quiero sonreír y así, con un poco de esperanza podría recuperar mi amor por la especie humana, aunque suene iluso.
No hay una hora ni un día definido, tampoco un periodo, pero de pronto lloro por lo desilusionado que me siento de todos y de todo: del mundo, de la comida, de los actos, de los prejuicios y de las mentiras. Y Por salud mental, si es que ese concepto existe en momentos como estos, intento comprender toda la nostalgia contenida, para saber cual es la solución y finalmente termino volviéndome un poco mentiroso.
Me gustaría saber cuando todos aspirarán a sentirse felices por lo menos por dos semanas, o por una. Pero feliz en serio, donde lo único que destruyan sea su moral y sus costumbres. Donde ni el silencio sea determinante para diferenciar el mundo interior del exterior.
Se me ha vuelto incompatible el creer que la felicidad es un sentimiento base para vivir. Todos aquí la están buscando, esperan verla cada mes con la liquidación de sueldo, cuando ocupan su tarjeta o cuando salen de sus trabajos los días viernes. A algunos no les alcanza ni para eso, y rendidos están haciendo engordar a los otros. Mirándolos a todos, pareciera que la felicidad fuese el objetivo de vivir y no la consecuencia final de estar libre y vivo.
Todos construyen a como de lugar, como pueden intentan tomar todo lo que sus manos pueden contenter, lo que les gusta lo dejan dentro de su barriga y lo desagradable, se lo tiran al de abajo.
Estoy harto.
Que bonito fin de ciclo vamos a vivir.
!Que pésimos disfraces se han puesto todos!, cumpliendo roles patéticos. ¿A donde se les fue la imaginación? ¿Ya no escuchan música? ¿Ya no se acuerdan que cuando las nubes se mueven lento, sólo puedes percibir sus movimientos al momento de sentir los latidos del corazón? ¿Olvidaron que en Viña del Mar el Sol no se esconde por el Mar sino que por Playa Ancha? ¿Les gusta la idea de vivir 2 días a la semana? ¿Descansar con la excusa de enfermarse y enseñarles a los demás que 'A veces es mejor no pensar'? y ¿Creer que todo en el futuro estará mejor?. Les quedó gustando el pensamiento Católico, lo siento pero yo esperaré a irme al paraíso para ver el pasto verde, el cielo azul y los pajaritos cantando, aquí los Chingolos se están muriendo por los tubos de escape.
Intento no dejar de lado algunas canciones para poder recordar escenas anteriores agradables, pero eso no es más que un grito sutil de auxilio. Abrir la ventana para dejar entrar el viento es un acto de soberbia. Abrir y cerrar puertas, es una forma estéril de recordar que la vida, naturalmente, es cíclica. Los adultos crean problemas y los solucionan como pasatiempo.
No tengo ganas de reirme, no tengo razones para celebrar, tampoco de perderme en la confianza de una ciudad. Quiero sonreír y así, con un poco de esperanza podría recuperar mi amor por la especie humana, aunque suene iluso.
No hay una hora ni un día definido, tampoco un periodo, pero de pronto lloro por lo desilusionado que me siento de todos y de todo: del mundo, de la comida, de los actos, de los prejuicios y de las mentiras. Y Por salud mental, si es que ese concepto existe en momentos como estos, intento comprender toda la nostalgia contenida, para saber cual es la solución y finalmente termino volviéndome un poco mentiroso.
Me gustaría saber cuando todos aspirarán a sentirse felices por lo menos por dos semanas, o por una. Pero feliz en serio, donde lo único que destruyan sea su moral y sus costumbres. Donde ni el silencio sea determinante para diferenciar el mundo interior del exterior.
Se me ha vuelto incompatible el creer que la felicidad es un sentimiento base para vivir. Todos aquí la están buscando, esperan verla cada mes con la liquidación de sueldo, cuando ocupan su tarjeta o cuando salen de sus trabajos los días viernes. A algunos no les alcanza ni para eso, y rendidos están haciendo engordar a los otros. Mirándolos a todos, pareciera que la felicidad fuese el objetivo de vivir y no la consecuencia final de estar libre y vivo.
Todos construyen a como de lugar, como pueden intentan tomar todo lo que sus manos pueden contenter, lo que les gusta lo dejan dentro de su barriga y lo desagradable, se lo tiran al de abajo.
Estoy harto.
Que bonito fin de ciclo vamos a vivir.
18 octubre 2009
Contradicción
Esto puedes leerlo en:
Emociones (viento fuego)
El espectro de frases al aire en momentos de rabia y pena pueden volverse gigantes. En especial cuando estamos o nos sentimos solos, momento clave donde lo infinito se nos acerca. Porque claro, es en la única parte del día, o de la noche, en que el tiempo se nos detiene, en que no sabemos qué decir o qué pensar, y casi siempre terminamos tiramos frases a un precipicio azaroso.
No hay justificación para remediar o curar a estas frases que llegaron al suelo, no hay forma de controlar las consecuencias. Con esto no hago alusión a una tragedia. Sino a mirar hacía el corazón y ver que lo único remediable es la ilusión y la disposición. El pensar de forma estructurada es lo peor que nos puede pasar. El esperar, probar, corroborar y analizar, solo nos sirve para jugarnos en contra y para juzgar. Cuando en determinados momentos nos desligamos de esto, logramos ver que, naturalmente, vivimos en una constante contradicción, y que esto no es ninguna tragedia.
El amor, en sus sentimientos y reacciones, nos transforma en espejos. El saber se vuelve una necesidad, las alegrías y las tristezas se vuelven reciprocas. Y de un momento a otro nos olvidamos cuales eran las costumbres, qué era la moral y por fin nos remitimos a la necesidad básica: la compañía, los sueños y los besos.
De pronto nos damos cuenta que hagamos lo que hagamos, nuestra memoria siempre está conectada a esa nube con nombre y apellido. Y lo mismo que nos vuelve valientes, nos puede dejar pendiendo de un hilo. Recuperar la ilusión siempre será mejor que vivir el luto. El amor nos da la vida, lo sentimos cuando respiramos, cuando el tiempo se vuelve insignificante y cuando nos enredamos entre las sábanas. Lo que nos mata, no es la falta de éste. Lo que acaba con nosotros es el habernos sentido lo suficientemente satisfechos de todo lo sentido y experimentado, o la determinante decisión de ir a carretear con Jimi Hendrix y Violeta Parra.
Creo que he escrito cinco párrafos sin ningún sentido.
No hay justificación para remediar o curar a estas frases que llegaron al suelo, no hay forma de controlar las consecuencias. Con esto no hago alusión a una tragedia. Sino a mirar hacía el corazón y ver que lo único remediable es la ilusión y la disposición. El pensar de forma estructurada es lo peor que nos puede pasar. El esperar, probar, corroborar y analizar, solo nos sirve para jugarnos en contra y para juzgar. Cuando en determinados momentos nos desligamos de esto, logramos ver que, naturalmente, vivimos en una constante contradicción, y que esto no es ninguna tragedia.
El amor, en sus sentimientos y reacciones, nos transforma en espejos. El saber se vuelve una necesidad, las alegrías y las tristezas se vuelven reciprocas. Y de un momento a otro nos olvidamos cuales eran las costumbres, qué era la moral y por fin nos remitimos a la necesidad básica: la compañía, los sueños y los besos.
De pronto nos damos cuenta que hagamos lo que hagamos, nuestra memoria siempre está conectada a esa nube con nombre y apellido. Y lo mismo que nos vuelve valientes, nos puede dejar pendiendo de un hilo. Recuperar la ilusión siempre será mejor que vivir el luto. El amor nos da la vida, lo sentimos cuando respiramos, cuando el tiempo se vuelve insignificante y cuando nos enredamos entre las sábanas. Lo que nos mata, no es la falta de éste. Lo que acaba con nosotros es el habernos sentido lo suficientemente satisfechos de todo lo sentido y experimentado, o la determinante decisión de ir a carretear con Jimi Hendrix y Violeta Parra.
Creo que he escrito cinco párrafos sin ningún sentido.
16 octubre 2009
El idioma pirahã
Esto puedes leerlo en:
Planeta Tierra
El idioma pirahã es hablado por el pueblo del mismo nombre (Hi'aiti'ihi' en su propia lengua, "los erguidos"). Viven en Brasil, a lo largo del río Maici, uno de los afluentes del río Amazonas. Es hablado por cazadores-recolectores nómadas a lo largo de los ríos Maici y Autazes, tributarios del río Amazonas, entre las ciudades brasileñas de Manaus y Porto Velho, en el municipio de Humaitá, perteneciente al estado de Amazonas.
Historia
No se conoce la historia de la lengua por ser una lengua no escrita. Los hablantes ni siquiera producen dibujos, a excepción de algunas figuras de palotes muy primitivas para representar el mundo de los espíritus.
Tampoco existe literatura escrita u oral. Los pirahã no poseen ni siquiera mitos de creación. Sus textos son casi siempre descripciones de experiencias inmediatas o interpretaciones de esas experiencias. Existen algunas historias sobre el pasado, pero se extienden únicamente a dos generaciones en el pasado. En general, no existe una memoria individual o colectiva más allá de las dos generaciones mencionadas.
Es una de las pocas lenguas conocidas que no posee el número gramatical, los numerales o el concepto de contar. Solo existen dos conceptos de número que se pueden traducir como "poco/pequeño" y "mucho/grande".
Es la única lengua conocida sin palabras para expresar los colores.
Posee el sistema pronominal más simple conocido y existen evidencias de que todo el sistema ha sido tomado de otra lengua.
No existe forma de pasado.
Posee el sistema de parentescos más simple que ha sido documentado. Parece que no tienen en cuenta parentescos que vayan más allá de los hermanos biológicos.
No existen términos de cuantificación, como por ejemplo, "todo/s", "cada", "alguno/s", "mucho/s", etc.
Más información...
Créditos para Táb de una de las tantas conversaciones que un día surgieron para salvar el mundo.
Si no tuviésemos que preocuparnos por los colores, por el pasado ni por la cantidad, seríamos todos muchos más felices. :)
Historia
No se conoce la historia de la lengua por ser una lengua no escrita. Los hablantes ni siquiera producen dibujos, a excepción de algunas figuras de palotes muy primitivas para representar el mundo de los espíritus.
Tampoco existe literatura escrita u oral. Los pirahã no poseen ni siquiera mitos de creación. Sus textos son casi siempre descripciones de experiencias inmediatas o interpretaciones de esas experiencias. Existen algunas historias sobre el pasado, pero se extienden únicamente a dos generaciones en el pasado. En general, no existe una memoria individual o colectiva más allá de las dos generaciones mencionadas.
Es una de las pocas lenguas conocidas que no posee el número gramatical, los numerales o el concepto de contar. Solo existen dos conceptos de número que se pueden traducir como "poco/pequeño" y "mucho/grande".
Es la única lengua conocida sin palabras para expresar los colores.
Posee el sistema pronominal más simple conocido y existen evidencias de que todo el sistema ha sido tomado de otra lengua.
No existe forma de pasado.
Posee el sistema de parentescos más simple que ha sido documentado. Parece que no tienen en cuenta parentescos que vayan más allá de los hermanos biológicos.
No existen términos de cuantificación, como por ejemplo, "todo/s", "cada", "alguno/s", "mucho/s", etc.
Más información...
Créditos para Táb de una de las tantas conversaciones que un día surgieron para salvar el mundo.
Si no tuviésemos que preocuparnos por los colores, por el pasado ni por la cantidad, seríamos todos muchos más felices. :)
14 octubre 2009
13 octubre 2009
Disyuntiva
Esto puedes leerlo en:
Conceptos,
Efecto mariposa,
Razones que te da el mundo (reflexiones)
Estoy en la disyuntiva de lo valiente que es viajar y de las intensas emociones que nacen en los sueños. De día hay atardeceres azarosos, vientos perfectos, dunas, saltos y caminatas. De noche también hay colores, viajes, luces, estrellas, mareas, personas, amor y bosques. Las mentiras y las desilusiones son parte de la realidad, las pesadillas de los sueños.
Los choques e impulsos eléctricos que hacen soñar a mi mente se transforman, en el día, en viajes y en ser parte de un universo complejo, resistente e inmensamente estructurado. Las noches, de pronto dependen de mi imaginación, conciencia, sentimientos o casualidad. El día de una sintonía extraña e hipercompleja. No sé si es más egoísta adaptar el mundo para quedarse soñando toda los días o salir por el mundo a intervenir la realidad.
Llego a creer que la noche nunca será superada por el día, y así pasa lo mismo con el mundo interior y el exterior, con los sueños y con la realidad. Todo esto en base a mis vagas experiencias de vida.
La realidad es un choque constante de ideas de fácil absorción. Los sueños pasajes de voluntad, imaginación, miedos y desafíos. Aquí entra en mi cabeza la palabra complemento, el significado de la importancia y lo influyentes que son para el desarrollo de la felicidad. No logro tener indicios de una conclusión sobre esto. No sé qué pasa con la capacidad de asombro, con la confianza y con el control.
Los choques e impulsos eléctricos que hacen soñar a mi mente se transforman, en el día, en viajes y en ser parte de un universo complejo, resistente e inmensamente estructurado. Las noches, de pronto dependen de mi imaginación, conciencia, sentimientos o casualidad. El día de una sintonía extraña e hipercompleja. No sé si es más egoísta adaptar el mundo para quedarse soñando toda los días o salir por el mundo a intervenir la realidad.
Llego a creer que la noche nunca será superada por el día, y así pasa lo mismo con el mundo interior y el exterior, con los sueños y con la realidad. Todo esto en base a mis vagas experiencias de vida.
La realidad es un choque constante de ideas de fácil absorción. Los sueños pasajes de voluntad, imaginación, miedos y desafíos. Aquí entra en mi cabeza la palabra complemento, el significado de la importancia y lo influyentes que son para el desarrollo de la felicidad. No logro tener indicios de una conclusión sobre esto. No sé qué pasa con la capacidad de asombro, con la confianza y con el control.
Detektivbyran, Wermland
Esto puedes leerlo en:
Música (Downloads)
Track List
01. Om Du Möter Varg
02. Kärlekens Alla Färjor
03. Honky Tonk Of Wermland
04. Rymden I En Låda
05. Generation Celebration
06. Life/universe
07. Neonland
08. Hus Vid Havet
09. Partyland
10. Camping
11. Sista Tryckaren
12. En Annan Typ Av Disco
13. Dygnet Runt
14. 054
[Descargar]
No sé escribir reviews de discos, tampoco me gusta asimilarlos a otros, aunque este con lo instrumental muchos dirán que podría tener algo cercano a la música compuesta por yann tiersen. Este disco es muy bonito y agradable. Aqui va para todos.
06 octubre 2009
máquina del tiempo
Esto puedes leerlo en:
Audiovisual
Un poco de color, 'Escribeme, postales a copacabana'
Esto puedes leerlo en:
Audiovisual
Bonito trailer, bonita fotografía. Feliz día del cinefilo
05 octubre 2009
indeseablemente determinante.
Esto puedes leerlo en:
Efecto mariposa
Nos preocupamos de lo que queremos, de lo que soñamos, de lo que ansiamos, y a lo que tememos lo atacamos de frente, siendo una emoción interna o una situación que esté en contra de nuestros esquemas. Lo intentamos cambiar de forma desesperada, como si nos estuviese ahogando. Atacamos sólo por el miedo y por nuestra poca capacidad de resistir a la presión. Entonces ya no nos preocupamos tanto de lo que vemos, de lo que queríamos, de lo que soñábamos, sino de lo que estamos criticando, destruyendo, de lo que nos está haciendo sufrir.
El tiempo, el sueño y el estar distanciados del mundo entre sábanas, frazadas, un cobertor y cortinas cerradas parece la solución justa para después levantarnos como si el mundo siguiera su curso normal, pensando que todos están igual que antes, actuando como deben ser, olvidando que también sufrieron, que tal vez intentaron dar todo o que, en otro caso, se equivocaron. El tiempo no cambia a las personas, el miedo si. El tiempo es una dimensión, mucho más fuerte y trascendente que cualquier emoción desesperada. Sin embargo, el miedo entra, por la boca o por la memoria incomoda y nos paraliza frente al mundo, nos distancia de quienes amamos, nos distancia de nuestras propias bases, y eso que es tan solo una emoción. El alma estornuda con miedo y de pronto el mundo se nos cae, de pronto la luna llena se transforma en nueva y la noche, de ser fría, pasa la más seca y agobiante de todas.
Cuando el tiempo y el dolor caen sobre nosotros, tendemos a abrir las ventanas sólo para nuestra intimidad, para consolar los sollozos y los ojos hinchados, para darnos un poco de Paz. Pero pocas veces abrimos nuestras ventanas para que entre la otra persona, porque la disposición, al ser inestable y dependiente de la ilusión, se vuelve muy difícil de conseguir. Por eso cuando nos rendimos tiramos palabras, sangre, memoria y juicios al viento, como si el mundo atentara contra nosotros, como si en nuestra niñez, nadie nos hubiese dado lo que quisimos, y ahora nos desquitamos, lanzando piedras hacia cualquier que intente tocarnos el alma, otra vez, melancólica e insegura.
Qué cómodo el pensar que nadie puede hacerse cargo del otro, que podemos ayudar hasta donde nos alcancen las manos, que mediocre forma de aprender a relacionarse con los demás. Que fácil se torna confiar en las acciones, sin saber que hay por detrás, en el espíritu y en la idea de cada persona. Si pudiéramos despojarnos de nuestras reacciones incomodas, de nuestra historia y de nuestra memoria, nada fallaría. Prefiero torcer mi memoria y mi orgullo, para aprender que ser feliz no es un sentimiento sino una condición de vida.
De pronto me volví tan igual a los demás, que expresé todo lo mediaticamente detesto, solo para satisfacer mis ideas que van en contra de lo que realmente no quiero, alejándome incluso de mi corta trascendencia.
Sólo podría guardar todos mis pensamientos en un saco y dejar una palabra estirada para mi memoria: "no quiero pensar, no quiero pensar".
En otro tiempo las cosas hubiesen resultado de otra manera, definitivamente.
El tiempo, el sueño y el estar distanciados del mundo entre sábanas, frazadas, un cobertor y cortinas cerradas parece la solución justa para después levantarnos como si el mundo siguiera su curso normal, pensando que todos están igual que antes, actuando como deben ser, olvidando que también sufrieron, que tal vez intentaron dar todo o que, en otro caso, se equivocaron. El tiempo no cambia a las personas, el miedo si. El tiempo es una dimensión, mucho más fuerte y trascendente que cualquier emoción desesperada. Sin embargo, el miedo entra, por la boca o por la memoria incomoda y nos paraliza frente al mundo, nos distancia de quienes amamos, nos distancia de nuestras propias bases, y eso que es tan solo una emoción. El alma estornuda con miedo y de pronto el mundo se nos cae, de pronto la luna llena se transforma en nueva y la noche, de ser fría, pasa la más seca y agobiante de todas.
Cuando el tiempo y el dolor caen sobre nosotros, tendemos a abrir las ventanas sólo para nuestra intimidad, para consolar los sollozos y los ojos hinchados, para darnos un poco de Paz. Pero pocas veces abrimos nuestras ventanas para que entre la otra persona, porque la disposición, al ser inestable y dependiente de la ilusión, se vuelve muy difícil de conseguir. Por eso cuando nos rendimos tiramos palabras, sangre, memoria y juicios al viento, como si el mundo atentara contra nosotros, como si en nuestra niñez, nadie nos hubiese dado lo que quisimos, y ahora nos desquitamos, lanzando piedras hacia cualquier que intente tocarnos el alma, otra vez, melancólica e insegura.
Qué cómodo el pensar que nadie puede hacerse cargo del otro, que podemos ayudar hasta donde nos alcancen las manos, que mediocre forma de aprender a relacionarse con los demás. Que fácil se torna confiar en las acciones, sin saber que hay por detrás, en el espíritu y en la idea de cada persona. Si pudiéramos despojarnos de nuestras reacciones incomodas, de nuestra historia y de nuestra memoria, nada fallaría. Prefiero torcer mi memoria y mi orgullo, para aprender que ser feliz no es un sentimiento sino una condición de vida.
De pronto me volví tan igual a los demás, que expresé todo lo mediaticamente detesto, solo para satisfacer mis ideas que van en contra de lo que realmente no quiero, alejándome incluso de mi corta trascendencia.
Sólo podría guardar todos mis pensamientos en un saco y dejar una palabra estirada para mi memoria: "no quiero pensar, no quiero pensar".
En otro tiempo las cosas hubiesen resultado de otra manera, definitivamente.
01 octubre 2009
Partida doble (dos noches)
Esto puedes leerlo en:
Sueños (REM)
Estuve acostado pocas horas, alcancé a perder el conocimiento por un rato, pero desperté por el dolor y la tensión que sentía en la boca. Tenía un fierro de mis braquets hacia afuera, intenté sacarlo para que no molestara más. Con el sueño, la fuerza y el terco deseo de liberarme del aparente dolor, moví todo lo que pude el braquets corrupto hasta sacarlo.
La molestia se triplico, no recuerdo haber sentido un dolor tan fuerte, toda mi mandíbula superior estaba suelta, algo había liberado una presión infinita que hacían que todos mis dientes se fueran hacía adelante. Me toqué, y no tenia nada, pero el dolor era horrible, no podía cerrar completamente la boca, ni la peor angustia me había las encías tan tensas. Me levanté, con la mano izquierda siempre tapándome la boca, con el dolor apenas podía hablar. Fui donde mi mamá a pedirle ayuda, y como buen hijo menor, terminé con la respuesta simbólica de "ya se pasará". Insistí, hasta que salimos de la casa (una casa que no consocia), al momento de cerrar la puerta y caminar hacia la reja del ante jardín, empieza a caer sangre desde los dedos de mi mano que tapa y 'afirma' la boca. Entre ellos vienen las paletas, los colmillos y todas las muelas... Caminé más rápido, y más rápido caían, uno a uno, hasta que todo estaban en mi mano, roja, y asustada. El dolor se había pasado, mi mandíbula estaba vacía y sentía que difícilmente iba a poder arreglarme la boca. Le dije a mi mamá que fuéramos al hospital, que tenía Fonasa, que estos mismos dientes me podrían servir, no recuerdo haber llegado, solo el haberme visto en el espejo con la boca cerrada, y con mis mejillas que parecían flácidas por mi boca incompleta....
El Noche anterior fue diferente, estuve en el centro de Santiago Oriente, donde abundan los edificios de vidrio, de plástico y la gente de igual material. Las calles grandes, llenas de autos y de apuros. Me encaramaba, como es de costumbre para mi curiosidad en un sueño, en uno de esos edificios escalonados. Llegué a un piso que ocupaba todo el ancho del edificio, era la recepción de un hotel, aparentemente entraba gente importante, había mucha seguridad, familias con maletas, personas apuradas con canas, formales y hablando por celular; uniformados y unas personas encargadas de servir a los acomodados. El único sin importancia y posible intruso era yo, escondido en una esquina con el cuerpo hacia la calle y mis manos en una baranda, cerca de una escalera de emergencia. Salté por la baranda y me escondí en un rincón en forma de 'L' que me separaba de todo el flujo de entrada y salida de las personas.
Estaba en un piso muy alto, sentía un poco de nervios, no por la altura, ni por como escapar, sino por lo que había adentro. Con un ademán a la señora que atendía la puerta le dije que 'qué pasaba acá' que si podía mirar hacia más arriba (porque el piso donde estaba no era el último del edificio, sino el penultimo, y temia ser descubierto para llegar a él). Me dijo que sí, que no me preocupara, su respuesta confundió mis presentimientos de ser un intruso. Me encaramé por la muralla, dando un gran salto inicial, llegando a la plataforma más alta. Me paré en los cuarenta centimetros de ancho de la parte superior de la muralla color verde oscuro. No sé en que piso estaba exactamente (no los cuento cuando los escalo), pero supongo que debió ser el 30.
La inmensa altura me permitió ver como funcionaba todo el mundo, el pecho se apretó y mi garganta subio un par de centímetros hacía arriba, luego retrocedió. Las nubes, el cielo y las cadenas montañosas que determinaban el valle metropolitano pasaron a segundo plano. A mi alrededor partían, llegaban y sobrevolaban cientos de aviones comerciales, unos tantos en una dirección, otros de forma perpendicular, otros sobre mi, y otros más lejos. Nada de esto se veía desde la superficie. Miré más abajo, y los autos parecían imitar la misma estructura, parecían ser las marionetas de este esquema estresante y sofocante, la gente se remitía a ser puntitos negros. Ya no era desilusión lo que sentía, estaba en medio de un orden perverso, gigante e imposible de escapar.
La molestia se triplico, no recuerdo haber sentido un dolor tan fuerte, toda mi mandíbula superior estaba suelta, algo había liberado una presión infinita que hacían que todos mis dientes se fueran hacía adelante. Me toqué, y no tenia nada, pero el dolor era horrible, no podía cerrar completamente la boca, ni la peor angustia me había las encías tan tensas. Me levanté, con la mano izquierda siempre tapándome la boca, con el dolor apenas podía hablar. Fui donde mi mamá a pedirle ayuda, y como buen hijo menor, terminé con la respuesta simbólica de "ya se pasará". Insistí, hasta que salimos de la casa (una casa que no consocia), al momento de cerrar la puerta y caminar hacia la reja del ante jardín, empieza a caer sangre desde los dedos de mi mano que tapa y 'afirma' la boca. Entre ellos vienen las paletas, los colmillos y todas las muelas... Caminé más rápido, y más rápido caían, uno a uno, hasta que todo estaban en mi mano, roja, y asustada. El dolor se había pasado, mi mandíbula estaba vacía y sentía que difícilmente iba a poder arreglarme la boca. Le dije a mi mamá que fuéramos al hospital, que tenía Fonasa, que estos mismos dientes me podrían servir, no recuerdo haber llegado, solo el haberme visto en el espejo con la boca cerrada, y con mis mejillas que parecían flácidas por mi boca incompleta....
El Noche anterior fue diferente, estuve en el centro de Santiago Oriente, donde abundan los edificios de vidrio, de plástico y la gente de igual material. Las calles grandes, llenas de autos y de apuros. Me encaramaba, como es de costumbre para mi curiosidad en un sueño, en uno de esos edificios escalonados. Llegué a un piso que ocupaba todo el ancho del edificio, era la recepción de un hotel, aparentemente entraba gente importante, había mucha seguridad, familias con maletas, personas apuradas con canas, formales y hablando por celular; uniformados y unas personas encargadas de servir a los acomodados. El único sin importancia y posible intruso era yo, escondido en una esquina con el cuerpo hacia la calle y mis manos en una baranda, cerca de una escalera de emergencia. Salté por la baranda y me escondí en un rincón en forma de 'L' que me separaba de todo el flujo de entrada y salida de las personas.
Estaba en un piso muy alto, sentía un poco de nervios, no por la altura, ni por como escapar, sino por lo que había adentro. Con un ademán a la señora que atendía la puerta le dije que 'qué pasaba acá' que si podía mirar hacia más arriba (porque el piso donde estaba no era el último del edificio, sino el penultimo, y temia ser descubierto para llegar a él). Me dijo que sí, que no me preocupara, su respuesta confundió mis presentimientos de ser un intruso. Me encaramé por la muralla, dando un gran salto inicial, llegando a la plataforma más alta. Me paré en los cuarenta centimetros de ancho de la parte superior de la muralla color verde oscuro. No sé en que piso estaba exactamente (no los cuento cuando los escalo), pero supongo que debió ser el 30.
La inmensa altura me permitió ver como funcionaba todo el mundo, el pecho se apretó y mi garganta subio un par de centímetros hacía arriba, luego retrocedió. Las nubes, el cielo y las cadenas montañosas que determinaban el valle metropolitano pasaron a segundo plano. A mi alrededor partían, llegaban y sobrevolaban cientos de aviones comerciales, unos tantos en una dirección, otros de forma perpendicular, otros sobre mi, y otros más lejos. Nada de esto se veía desde la superficie. Miré más abajo, y los autos parecían imitar la misma estructura, parecían ser las marionetas de este esquema estresante y sofocante, la gente se remitía a ser puntitos negros. Ya no era desilusión lo que sentía, estaba en medio de un orden perverso, gigante e imposible de escapar.
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